Buenos Aires. La expresidenta argentina Cristina Fernández afirmó que el juicio en su contra que comenzó ayer martes, por presunta corrupción, es un “nuevo acto de persecución” con el que se busca montar una “cortina de humo” para “distraer” de la crisis económica del país, al tiempo que negó los cargos.
“Claramente no se trata de hacer justicia. Sólo armar una nueva cortina de humo que pretende distraer a los argentinos y las argentinas -cada vez con menos éxito- de la dramática situación que vive nuestro país y nuestro pueblo”, señaló.
Fernández, senadora desde 2017, está acusada de encabezar una asociación ilícita durante su mandato y de fraude al Estado por supuestas irregularidades en la adjudicación al empresario Lázaro Báez -encarcelado desde 2016- en la sureña provincia de Santa Cruz, feudo del kirchnerismo, de 52 obras públicas, por unos 46,000 millones de pesos (unos 1,000 millones de dólares).
La Justicia cree que la viuda del también expresidente Néstor Kirchner (2003-2007), y miembros de su Gobierno como el exministro de Planificación Julio de Vido; crearon un sistema para apoderarse de fondos asignados a proyectos viales.
Expresó en las redes sociales, a este juicio oral, el primero en su contra, “jamás” debió haber sido citada.