Washington, DC. La subsecretaria de Adquisiciones del Departamento de Defensa de Estados Unidos, Ellen Lord, reconoció ayer que el Pentágono está preocupado por el control chino del mercado de tierras raras, fundamentales para el desarrollo de la industria armamentística y tecnológica del país.
“Nos preocupa la fragilidad de la cadena de suministro, especialmente cuando esta está bajo el control de un adversario”, contestó Lord al ser preguntada sobre si la actual escalada de tensión entre EE.UU. y China preocupa a la cartera de Defensa ante la posibilidad de que Pekín decida cortar el suministro de este tipo de minerales.
Durante una rueda de prensa celebrada en el Pentágono, la funcionaria aseguró que el Gobierno estadounidense está trabajando en una serie de “mecanismos” que permitan a EE.UU. garantizar su acceso al suministro de tierras raras sin tener que depender de China.
Lord detalló que una de las opciones con “mayor potencial” sería el reforzar la capacidad de procesamiento de este tipo de elementos por parte de Australia, uno de los principales aliados de EE.UU., ya que, según recalcó, el dominio chino de este mercado no se debe a su capacidad de extracción de tierras raras, sino a su capacidad de procesarlas.
“El reto en realidad es su procesamiento, para lo que es necesario tener infraestructuras, ya que, de hecho, lo que China hace frecuentemente es extraerlas de otros lugares y llevarlas a China para procesarlas”, sostuvo.
Las tierras raras son un conjunto de 17 elementos imprescindibles para la fabricación de productos tecnológicos, cuyo mercado está claramente dominado por China, que es el origen de en torno al 80% de las que importa EE.UU.
Este grupo estratégico de minerales se ha erigido en uno de los protagonistas en la guerra comercial que libran EE.UU. y China, ya que el Gobierno chino ha amenazado con cortar su suministro.