El secretario general de Naciones Unidas precisa que erá una misión policial y no cascos azules; Haití agradece la expresión de “solidaridad”
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó ayer el despliegue por un año (prorrogable) de una fuerza multinacional de asistencia a la Policía de Haití, una decisión que llega un año después de que fuera pedida por el propio Gobierno haitiano y respaldada de inmediato por el secretario general António Guterres.
La resolución fue aprobada por 13 votos a favor y dos abstenciones (Rusia y China), sin ningún voto contrario entre los 15 miembros del Consejo, algo raro en los últimos tiempos de gran división geopolítica.
La resolución salió adelante tras un mes largo en que circuló el borrador preparado por Estados Unidos y Ecuador, con las negociaciones más difíciles en la parte de la limitación de la venta de armas al país, que China quería que fuera lo más extensa posible y EE.UU. abogaba por limitar a ciertas bandas criminales conocidas, señalaron a EFE las fuentes del Consejo.
Un alto funcionario estadounidense explicó que uno de los logros de esta resolución fue el de reforzar las sanciones contra “actores negativos que están incitando a la violencia callejera y otros actos de desestabilización”, en referencia a los líderes de las bandas, algunos con enorme poder efectivo y perfectamente conocidos, como el famoso “Barbecue”.
Se sabe que la misión de unos mil agentes será liderada por Kenia, que aportará la mayor parte del contingente, y varios países caribeños -entre ellos Jamaica, Barbados y Bahamas- se han mostrado dispuestos también a aportar agentes, en número por determinar.
Contrariamente a los caribeños, llama la atención que ningún país latinoamericano haya dado un paso adelante al respecto, aunque México aclaró que ha contribuido a su manera aceptando entrenar en su suelo a 660 agentes (550 ya formados y 110 actualmente en proceso).
La misma actitud va a ser la que adopte Brasil, dijeron a EFE fuentes brasileñas, que descartaron enviar a agentes sobre el terreno pese a las ambiciones diplomáticas globales del país.
La fuente estadounidense se mostró convencida de que una vez que se aprobó la resolución y que los países ven que contiene “un lenguaje enérgico”, más países darán el paso y podrán sumarse al proyecto incluso con tropas, especialmente dentro del “mundo occidental”.
Concretamente, citaron el caso de Canadá y Francia, que han mostrado su disposición a un mayor involucramiento, previa comprobación de que la resolución deja claros los términos del despliegue.
Para dejar claro su compromiso, el Gobierno estadounidense va a aportar dos partidas de 100 millones de dólares cada una, procedentes del Departamento de Estado y del de Defensa, siempre que el Congreso lo apruebe, destinados a necesidades logísticas de la misión.
El secretario general precisó desde un primer momento que su llamamiento a formar una fuerza para Haití necesitaría el respaldo del Consejo de Seguridad para tener legitimidad internacional, pero descartó que fuera una misión de interposición o de cascos azules al uso, dada la trágica experiencia que dejó la última misión de ese tipo.
Reacción de Haití
El ministro de Exteriores de Haití, Jean Victor Généus, agradeció al Consejo de Seguridad de la ONU la “expresión de solidaridad” que supone haber aprobado el próximo envío de una fuerza multinacional de seguridad a su país, un año después de haberla pedido. El ministro dijo que la resolución “es un rayo de esperanza para un pueblo que lleva sufriendo demasiado tiempo”, en alusión a la crisis de seguridad que vive esta nación, con grandes partes del país en manos literalmente de bandas armadas dedicadas al robo y a la extorsión.
Principales misiones desplegadas
Micivih – Misión conjunta de la ONU y la OEA (1993-2000)
En febrero de 1993, dieciséis meses después del golpe de Estado que derrocó a Jean-Bertrand Aristide en 1991, la Organización de Estados Americanos (OEA) y la ONU enviaron, tras un acuerdo con el Gobierno de Haití, una misión formada inicialmente por 40 representantes con el objetivo de velar por el respeto a los derechos humanos.
Unimh (1993-1996)
La Misión de las Naciones Unidas en Haití (UNIMH) fue la primera operación de mantenimiento de la paz en Haití de Naciones Unidas y su objetivo era ayudar a la aplicación de las disposiciones que surgieron del acuerdo alcanzado en julio de 1993 entre el presidente depuesto, Jean Bertrand Aristide, asilado en EE.UU. y el jefe de la junta militar golpista, Raoul Cédras, que establecía las condiciones para la vuelta del primero al Gobierno.
Unsimh (1996-1997)
Una vez concluida la Unimh se estableció la Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Haití (Unsmih) cuyo objetivo era continuar con el proceso de consolidación de la Policía haitiana, preservar la seguridad pública y contribuir a la reconstrucción institucional y económica del país.
Untmih (1997)
El Consejo de Seguridad de la ONU decidió desplegar una nueva misión en Haití el 30 de julio de 1997, con un mandato limitado a un solo período de cuatro meses y cuyo propósito era apoyar al gobierno y continuar el proceso de profesionalización de la policía nacional. Se denominó Misión de Transición de Naciones Unidas en Haití (Untmih).
Minustah (2004-2017)
Sucesora de la FMP, la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah) fue establecida el 1 de junio de 2004 por el Consejo de Seguridad. Inicialmente aprobada para un periodo de seis meses, fue prorrogada sucesivamente hasta octubre de 2017 y contó con un contingente que llegó a superar los 11.000 efectivos (cascos azules y policía).