El submarino Titán, desaparecido desde el pasado domingo cuando descendió a las profundidades marinas con cinco pasajeros con el objetivo de recorrer los restos del Titanic, sufrió una “implosión catastrófica”, anunció la Guardia Costera de EEUU el jueves por la tarde.
El término es más que una consideración retórica. El fenómeno de la implosión catastrófica aparece cuando la presión se acumula desde adentro de un objeto, en este caso del submarino, y empuja hacia afuera.
En el caso del Titán, la tesis supone que la estructura del mismo se deformó ante la presión del agua a su alrededor, se rompió la estructura y colapsó hacia dentro.
Una “implosión atmósfera”
Los restos del Titanic descansan en el lecho marino del Atlántico Norte a unos 3.800 metros de profundidad. A nivel del mar, la presión atmosférica es de aproximadamente un bar, nivel conocido como una atmósfera.
A la profundidad a la que se encuentra el transatlántico, la presión del agua multiplica por 400 los valores de la superficie marina. Por ejemplo, la mordedura de un gran tiburón blanco ejerce una fuerza de casi 275 bares, según Scientific American.
En una implosión causada por un defecto en el casco o por cualquier otro motivo, el sumergible se derrumbaría sobre sí mismo en milisegundos, aplastado por la inmensa presión del agua. La muerte sería prácticamente instantánea para los ocupantes.
La seguridad del Titan
El Titan, construido por OceanGate Inc. con sede en Everett, estado de Washington (EEUU), fue diseñado para soportar la presión extrema del agua a la profundidad del Titanic. Ya había realizado inmersiones anteriores, la última en el 2022.
Pero se habían planteado algunas dudas sobre su seguridad. Sobre todo en una demanda que involucraba al ex director de operaciones marinas de OceanGate, David Lochridge, despedido en 2018 después de advertir sobre el casco de fibra de carbono “experimental” del Titan.
El cono de cola del submarino con destino al Titanic se halló aproximadamente a 1.600 pies de la proa del histórico naufragio en el fondo del mar, dijo el jueves la Guardia Costera de EEUU. Los oficiales dijeron que era consistente con una “pérdida catastrófica de la cámara de presión”. Pero sería necesario recuperar los restos para llevar a cabo una investigación completa.
Incluso, con ese material, puede resultar difícil precisar la causa. Principalmente porque la violencia de la implosión hace muy difícil determinar la secuencia de los acontecimientos.