Washington, DC. Los ataques políticos del presidente Donald Trump al FBI atentan contra la seguridad de EEUU porque socavan la confianza del público en que el organismo es una institución “honesta, competente e independiente”.
El destituido director del FBI James Comey dijo telefónicamente a The Associated Press que es lógico que el fiscal especial Robert Mueller quisiera entrevistar a Trump. Por otra parte, descartó presentarse como candidato a algún cargo electivo y dijo que, como jefe, se hacía en parte responsable de la confusión que reina en torno al FBI desde hace meses.
Es evidente, dijo Comey, que los ataques mordaces del presidente y sus requerimientos de que el FBI investigue a algunos de sus opositores políticos afectan la seguridad pública “de mil maneras distintas”, sobre todo si las víctimas de crímenes dejan de creer que un agente que llama a su puerta viene a ayudarlos o ponen en duda las declaraciones de un agente en un juicio.