Shanghái (China), 30 oct (EFE).- China aseguró este miércoles que “ni está de acuerdo ni acepta” la decisión de la Unión Europea (UE) de aplicar, a partir de hoy, aranceles adicionales de hasta un 35,3 % a los vehículos eléctricos importados desde el país asiático.
El Ministerio chino de Comercio recordó en un comunicado que ha presentado un recurso ante el mecanismo de resolución de disputas de la Organización Mundial del Comercio (OMC): “China seguirá tomando todas las medidas necesarias para proteger de manera determinada los derechos e intereses legítimos de las empresas chinas”.
En agosto, las autoridades del país asiático iniciaron un proceso de resolución de disputas ante la OMC al considerar que la iniciativa de la UE “infringía gravemente” las normativas de ese organismo y carecían “de base objetiva y legal”.
Si bien el portavoz de Comercio incidió hoy en que la investigación antisubvenciones de la UE “tiene muchos aspectos desproporcionados” y es una “muestra de proteccionismo”, también reiteró la voluntad de Pekín de seguir negociando para “alcanzar una solución aceptable para ambas partes lo antes posible”.
“China siempre ha apostado por la resolución de disputas comerciales a través del diálogo y la consulta, y viene haciendo todo lo posible a este respecto. Actualmente, los equipos técnicos de ambas partes están celebrando una nueva ronda de negociaciones”, apunta el comunicado.
“Esperamos que la UE trabaje con China de forma constructiva, siguiendo los principios de pragmatismo y equilibrio, atendiendo las preocupaciones clave del otro (…) y evitando un recrudecimiento de las fricciones comerciales”, exhortó el vocero.
La Comisión Europea (CE) adoptó este martes el reglamento con la imposición de los mencionados aranceles, y su publicación en el Diario Oficial de la UE significa que entrarán en vigor hoy mismo.
El Ejecutivo comunitario aplicará un arancel del 35,3 % al fabricante chino SAIC (MG y Maxus, entre otras marcas), del 18,8 % a Geely y del 17 % a BYD, durante un máximo de cinco años.
La medida también afectará a las empresas occidentales que producen en China, como por ejemplo la estadounidense Tesla, a quien se va a aplicar un arancel del 7,8 %, mientras que a otras que han cooperado con la Comisión en la investigación que ha llevado a cabo antes de aprobar los aranceles se les impone una tasa del 20,7 %.
La UE da este paso porque considera que, pese a la división que genera entre los Veintisiete, recibió el apoyo suficiente en la votación que los gobiernos de la UE celebraron a principios de mes: cinco países se opusieron a la aplicación de los aranceles (entre ellos, Alemania), diez los apoyaron y doce se abstuvieron (España fue uno de ellos).
La Comisión aseguró que suspendería los aranceles en caso de llegar a un pacto con China durante los próximos cinco años, pero no los cancelaría, para ganar tiempo y volverlos a aplicar si Pekín incumpliese ese hipotético acuerdo, sin necesidad de volver a pedir el visto bueno de los Veintisiete.
En represalia, China ha anunciado en los últimos meses investigaciones sobre las importaciones de brandy, lácteos o carne de cerdo desde la UE. Esta última podría ser especialmente perjudicial para España, ya que es el principal suministrador de los productos señalados a China.