El Ministerio de Relaciones Exteriores de China manifestó fuertes preocupaciones sobre el trabajo forzado en Estados Unidos, a partir de recientes publicaciones en medios sobre la contratación de cientos de trabajadores indios para construir un templo hindú, en el estado de Nueva Jersey, con un salario de 1,20 dólares por hora y una jornada semanal de 87 horas, lejos del salario mínimo estipulado en la normativa federal y estatal.
Este miércoles, el portavoz de la Cancillería china, Zhao Lijian, manifestó “fuertes preocupaciones” de Pekín sobre la situación. “Incitamos a EE.UU. a tomar medidas efectivas para garantizar los derechos legítimos de sus trabajadores y hacer uso de las convenciones internacionales laborales”, declaró, resaltando que hasta la fecha Estados Unidos solo ha ratificado 14 de estos convenios, y solo dos de los ocho convenios fundamentales.
El portavoz se refirió a Estados Unidos como el típico ejemplo negativo en relación al trabajo forzado: “Estados Unidos tiene historia en el tráfico, abuso y discriminación hacia los esclavos negros. Según las estadísticas el valor de la labor de los esclavos negros explotados por propietarios estadounidenses es equivalente a 14 billones de dólares, hoy en día”, señaló.
“Hasta este día, el legado del trabajo forzado se mantiene enraizado en Estados Unidos, solo que las víctimas han cambiado, de esclavos a inmigrantes”, manifestó.
La demanda de la que se hizo eco Pekín fue presentada por cinco trabajadores, en representación de 200, contra su empleador, una organización religiosa denominada ‘Bochasanwasi Shri Akshar Purushottam Swaminarayan Sanstha’. La denuncia alegaba fuertes violaciones a las leyes laborales y de inmigración básicas del país, incluyendo la prohibición del trabajo forzado, ya que los obreros eran obligados a trabajar en el templo largas jornadas por un salario muy bajo.