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Santiago de Chile, 8 feb (EFE).- El Gobierno chileno decretó este sábado el estado de emergencia preventivo y el toque de queda nocturno en varias regiones de la zona centro-sur con el objetivo de prevenir posibles incendios ante la ola de calor extremo prevista para este fin de semana.

“Estamos enfrentando condiciones de alto riego de incendios forestales, en particular en la zona centro-sur del país, y por ello es necesario que todos colaboremos en las tareas de prevención con mucha seriedad”, indicó el presidente Gabriel Boric desde el palacio de La Moneda.

La Dirección Meteorológica de Chile emitió una alerta roja para este fin de semana por temperaturas extremas que pueden alcanzar hasta los 40 grados centígrados en varias regiones del país, más de 10 grados por encima de la media para esta época del año.

El mandatario explicó que el estado de emergencia preventivo regirá desde este sábado para las regiones de Ñuble y Maule, a 400 y 300 kilómetros al sur de Santiago, una medida que permitirá “contar con la presencia del Ejército en labores de patrullaje”.

También se decretó el toque de queda nocturno en algunas localidades del sur, principalmente en la región de La Araucanía (730 kilómetros al sur de la capital), donde se han observado “indicios de incendios intencionales”, lo que permitirá “resguardar la seguridad de las personas y tener mayor control sobre eventuales acciones delictivas”, indicó Boric.

“Quienes sean sorprendidos en estas acciones, ya sean negligentes o intentando causar un incendio deliberadamente, van a ser perseguidos, van a responder ante la justicia y arriesgan 20 años de cárcel, además del desprecio de toda la población”, agregó.

Por su abrupta topografía, sus extensos bosques y su clima, Chile siempre ha tenido incendios, pero su frecuencia e intensidad ha aumentado desde 2010, según la gubernamental Corporación Nacional Forestal (CONAF).

El cambio climático, la megasequía que dura más de una década y la expansión de la llamada “interfaz urbano-rural” (zonas donde se mezclan vegetación combustible y edificaciones) han contribuido a ello, de acuerdo a expertos.

El gran punto de inflexión lo marcan los megaincendios de 2017, que consumieron casi 600.000 hectáreas en el centro-sur y obligaron a modificar la escala con la que se medían los incendios a nivel global.

Los más mortíferos de la historia, sin embargo, ocurrieron hace justo un año en la región de Valparaíso, cuando cuatro focos simultáneos en el Parque Natural del Lago Peñuelas se propagaron rápidamente a los cerros que rodean la ciudad de Viña del Mar y causaron 136 muertos.

Hasta ahora hay siete personas detenidas como presuntos responsables del fuego, entre ellos varios bomberos y funcionarios de Conaf. EFE

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