Washington. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió al Congreso invertir 861 millones de dólares en Centroamérica para frenar la inmigración irregular, además de 10,000 millones para ayudar a refugiados y desplazados en todo el mundo.
En su propuesta inicial de presupuesto federal para el año fiscal 2022, un adelanto de la solicitud completa que la Casa Blanca desvelará en las próximas semanas, Biden requirió “revitalizar” la asistencia a Centroamérica, en un momento en el que se han disparado las llegadas de indocumentados a la frontera sur de su país.
Los 861 millones de dólares incluidos en la propuesta son un “primer paso” para cumplir el plan de Biden de invertir 4,000 millones de dólares en la región en un plazo de cuatro años, algo que prometió durante su campaña electoral, explicó la Casa Blanca en un documento oficial.
“Estos recursos ayudarán a Estados Unidos (…) a fortalecer la rendición de cuentas de los Gobiernos (centroamericanos) para que proporcionen más servicios y más seguridad, al coartar la corrupción endémica, prevenir la violencia, reducir la pobreza y expandir las oportunidades de desarrollo económico”, indicó la Casa Blanca.
Biden cree que eso ayudará a afrontar las “causas de raíz de la migración irregular” que provocó que en marzo las detenciones en la frontera con México alcanzaran su mayor nivel en 20 años, mientras se registraba un récord histórico en las llegadas de menores solos.
La iniciativa de Biden, que con toda seguridad será modificada por el Congreso antes de ser aprobada, incluye también fondos para reformar el sistema de asilo en Estados Unidos, erosionado bajo el mandato del expresidente Donald Trump (2017-2021).
En concreto, la Casa Blanca quiere destinar 891 millones de dólares a contratar 100 nuevos jueces de inmigración y equipos que les apoyen, para reducir el notable atraso a la hora de procesar las solicitudes de asilo de los indocumentados que llegan al país.