Asunción. El exlegislador oficialista Mario Abdo Benítez juró ayer como nuevo presidente de Paraguay, un país con un comportamiento económico positivo por encima de sus vecinos sudamericanos.
Y aunque Paraguay tiene un reto importante para superar la pobreza que afecta al 26% de su población, los primeros desafíos del nuevo mandatario parecen más políticos.
Hijo de quien fuera durante 25 años el secretario privado del dictador Alfredo Stroessner (1954-1989), Abdo Benítez asumió el Ejecutivo con un llamado a mirar hacia el futuro y dejar atrás las divisiones en un momento en que su Partido Colorado enfrenta desavenencias entre algunos grupos internos.
Abdo Benítez sustituye en el poder a Horacio Cartes, también del Partido Colorado, quien tras entregar la banda presidencial se retiró junto con algunos de legisladores aliados.