En el inicio del año 2002 se realizó en La Habana, Cuba, un evento de carácter internacional cuyo tema central fue la lucha contra la pobreza. A esta actividad participó como invitada la señora Peggy Cabral, quien además de ser una alta dirigente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), produce el programa de televisión “Conversando con Peggy”.
Fidel dio apertura al evento, y se retiró del mismo antes de concluir. Doña Peggy inició las gestiones de lugar con la finalidad de entrevistar a Fidel para su programa. En horas de la tarde a doña Peggy se le comunicó que al día siguiente el comandante Fidel Castro la recibiría, y así ocurrió. A las 10 de la mañana fuimos conducidos a un lugar donde llegaría el presidente de Cuba Fidel Castro.
Fidel le expresó a doña Peggy que le era muy grato saludarla, aunque no podía concederle la entrevista, porque tenía la visita del presidente de un país africano, pero permaneció un buen tiempo junto a nosotros. Debo señalar que no acostumbro a intervenir antes ni después mientras doña Peggy realiza una entrevista, porque entiendo que esa es una función de ella.
En el caso de Fidel tenía interés, si las circunstancias lo permitían, de tratar algunos temas con el presidente Fidel Castro, que fueran novedosos para él y que yo conociera ampliamente. Y me atreví a emitir algunos comentarios mientras él compartía con doña Peggy. Creo que alcancé el objetivo, porque Fidel Castro mostró un vivo interés en lo que empecé a plantear. Incluso, durante el diálogo, con frecuencia posaba su mano derecha sobre mi hombro izquierdo.
En un momento en que Fidel conversaba con doña Peggy sobre la lucha contra la pobreza me miró y sostuvo nuevamente su mano derecha sobre mi hombro izquierdo y entonces le expresé: -Presidente, con usted se puede estar de acuerdo o no en muchas cosas, pero en lo referente a la lucha contra la pobreza, Cuba ocupa uno de los primeros lugares, por aquellos niveles de alimentación, salud y educación que posee.
Fidel me contestó: -Mira, nosotros tenemos escuelas en Cuba en donde solo hay 5 alumnos y estas escuelas poseen energía solar y computadora.
Ante la respuesta de Fidel, se me ocurrió introducir alguna expresión que lograra una mayor identificación entre él y yo, hacer más ameno el encuentro y me atreví a expresarle: -Comandante, es que cuando se inventó el lápiz ya en Cuba se borraba; ante mi expresión, Fidel sonrió ampliamente y de ahí en adelante me hizo partícipe de toda la conversación.
Doña Peggy ante mi atrevimiento, me imagino que expresó internamente “tierra trágame.” Habría pensado de esa manera al ver lo diferente que me comporté en el encuentro con Fidel, porque nunca participo cuando ella entrevista alguna destacada figura mundial, porque entiendo que ese no es mi rol.
Fidel y yo hablamos de ganadería y le dije que había sido el criador de un ejemplar de la raza lechera Pardo Suizo, que fue campeón invicto en las ferias ganaderas que se realizan cada año en Santo Domingo. Él entonces se entusiasmó y empezó a contarme sobre el desarrollo genético de la ganadería de leche cubana, indicándome que prefería la raza Holstein.
A seguidas, Fidel me preguntó sobre el baseball en nuestro país. Le señalé que no le doy mucho seguimiento, porque mi mayor afición, además de la ganadería de leche, son los caballos de paso fino, indicándole que yo había participado en representación de la República Dominicana, en la creación de la Confederación Mundial de Criadores de Caballos de Paso Fino (CONFEPASO), con sede en Colombia, y en la cual llegué a ocupar la Vicepresidencia (1995). Le señalé que yo había sido el criador del ejemplar “Todo Incluido”, que por las premiaciones obtenidas fue calificado el mejor caballo de paso fino del país.
Luego me dijo: -Los caballos de paso fino son muy cómodos, se disfruta mucho al montarlo, pero no sirven para la ganadería. Fidel dijo una gran verdad, ya que el caballo de paso fino no se desplaza mucho y es bajito de manos, es decir, sus patas delanteras no se levantan mucho, razón por la cual no se pueden usar para la ganadería.
Fidel nos comentó que Cuba no hace mucho tiempo había iniciado la explotación turística a mayor escala, y que le daría cada día más importancia, renglón en el cual la República Dominicana ocupaba un sitial de preferencia con relación a muchos países del Caribe.
De inmediato le contesté que yo tenía constancia de eso, porque cuando Cuba se inició en esa área yo era asesor de la Secretaría de Turismo de nuestro país y que asistía a todas las ferias turísticas que se realizaban, tales como, la Feria Fitur en España, la de Japón, Alemania, etc. Cuando Cuba inició ese proceso, el stand que construía era tres veces mayor que el que poseía la República Dominicana.
En un momento determinado, Fidel Castro le entregó a doña Peggy un hermoso arreglo floral y a los presentes nos obsequió una caja de tabacos cubanos de la marca Cohíba. El que me obsequió me lo dedicó en dos lugares diferentes, algo que nunca entendí las razones.
Después de la entrega de dichos regalos, le expresé al presidente de Cuba Fidel Castro lo siguiente: -Presidente, usted está tarde, usted tiene compromisos y él dijo: -Sí, sí, y doña Peggy puso un rostro de sorpresa ante mi observación. Fidel, dirigiéndose a doña Peggy, y con referencia a mí, expresó: -Déjamelo aquí. Y doña Peggy le contestó: -¡Ay no!
Considero prudente dar a conocer los términos de mi encuentro con este gran líder y expresar mi eterna gratitud por el trato que recibí de él, así como mi agradecimiento a doña Peggy Cabral por haberme dado la oportunidad de conocerlo.