Arrestan a Francisco Oropesa, un mexicano de 38 años acusado de matar a cinco personas, en un tiroteo en Cleveland, Texas, luego de que la Oficina Federal de Investigación (FBI) ofreció una recompensa de US$80,000.
El arresto de Oropesa, se produjo en una casa de la ciudad de Cut and Shoot, Texas, a unos 16 km de donde ocurrió el tiroteo. Las autoridades lo encontraron escondido debajo de un montón de ropa sucia.
Durante una rueda de prensa, el alguacil del condado de San Jacinto, Greg Capers, dijo que el detenido “permanecerá tras las rejas el resto de sus días”.
El sospechoso fue trasladado a la cárcel “sin incidentes” y será retenido con una fianza de US $5 millones, dijo la oficina del sheriff.
Entre las cinco víctimas de la masacre se encontró un niño de 9 años. Todos eran originarios de Honduras.
¿Cómo se produjo el arresto?
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Inicialmente, los investigadores comenzaron a rastrear a Oropesa usando su teléfono celular, pero dijeron que la pista se desvaneció la noche del sábado y no tenían información sobre su paradero desde entonces.
La pista que permitió localizar a Oropesa llegó a través de la línea de información del FBI, dijo el agente especial adjunto a cargo Jimmy Paul en conferencia de prensa.
“Solo queremos agradecer a la persona que tuvo el coraje y la valentía de llamar para ubicar al sospechoso”, añadió.
Según Paul, el aviso llegó a las 5:15 p.m., hora local, y Oropesa fue detenido a las 6:30 p.m.
Los agentes vigilaron a la esposa de Francisco Oropesa hasta una casa cerca de Cut and Shoot, Texas, que estaba asociada con uno de los miembros de su familia, le dijo a CNN una fuente del orden público.
La policía ahora investiga si el sospechoso recibió ayuda para huir de la ley durante días, según el fiscal local. “Estamos investigando si tuvo alguna ayuda”, dijo el fiscal de distrito del condado de San Jacinto, Todd Dillon, a CNN a través de un mensaje de texto la noche de este martes.
Así se desarrolló la masacre, según CNN
Alrededor de 15 personas, incluidos amigos y padrinos que habían llegado para ayudar a la preparación de un evento religioso, estaban reunidos el pasado viernes en la casa en Cleveland, una ciudad de unos 8.000 habitantes al noreste de Houston, dijo Wilson García, cuya esposa e hijo fueron asesinados.
Entre 10 y 20 minutos antes de la masacre, Wilson García y otros dos hombres se habían acercado al patio de Oropesa para pedirle que dejara de disparar su rifle tan cerca de su casa porque su bebé estaba durmiendo, según declaró García a CNN. Le habían pedido a Oropesa que disparara al otro lado de su propiedad, dijo.
El sospechoso se negó y García dijo que llamaría a la policía.
“Entramos y mi mujer estaba hablando con la policía, y llamamos cinco veces porque cada vez era más amenazador”, recordó García.
“Lo vimos, estaba saliendo de su propiedad y amartilló su arma”, dijo el padre. “Le dije a mi mujer que se metiera dentro porque había amartillado la pistola y podría venir a amenazarnos. Así que mi mujer dijo: ‘Entra tú, no creo que me dispare porque soy mujer, yo me quedaré aquí en la puerta'”.
Poco después, el atacante llegó a la casa de García y disparó contra su mujer, Sonia Argentina Guzmán, en la puerta, antes de matar a otros tres adultos y al hijo de García, Daniel Enrique Laso-Guzmán, según relató el padre afligido.
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“Una de las personas que murió vio cuando mi esposa cayó al suelo”, dijo García a CNN.
“Ella me dijo que escapara por la ventana porque mis hijos ya se habían quedado sin mamá. Así que uno de nosotros debía sobrevivir para cuidarlos. Ella fue la persona que me ayudó a saltar por la ventana”, añadió.
La mujer que ayudó a García a huir no sobrevivió, dijo.
“Dos de las personas que murieron estaban protegiendo a mi hija de dos años y medio y a mi hijo de un mes”, dijo García entre sollozos. “Lo protegieron con un montón de ropa para que el atacante no lo matara también. Así que imagina lo que estamos sintiendo ahora. Fue horrible”.
Cuando la policía llegó, encontraron que las víctimas habían recibido disparos “casi estilo ejecución” a corta distancia por encima del cuello, dijo el sheriff Greg Capers, a los medios locales.
Antes del enfrentamiento mortal en la casa de García, se habían realizado cinco llamadas al 911 para informar que el hombre armado disparó su rifle al aire libre, dijo el padre.
Las autoridades acudieron al lugar tan rápido como pudieron, dijo Capers. Pero su pequeña fuerza cubre un condado grande, dijo, y la casa está a unos 15 minutos fuera de la ciudad.