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Jerusalén, 13 oct (EFE).- Más de 300 palestinos han muerto en el norte de Gaza en ataques israelíes desde que Israel inició una nueva operación terrestre en la zona el pasado 6 de octubre, anunció este domingo el Gobierno de la Franja, en manos de Hamás.
Las autoridades del enclave denunciaron que en el norte de la franja, donde aún quedan unos 400.000 gazatíes, se ha producido “una ola de asesinatos sistemáticos y un asedio total contra civiles, especialmente niños y mujeres”, que afecta a las zonas de Yabalia, Beit Lahia y Beit Hanoun.
Para el Gobierno de Gaza la operación forma parte de un “plan de desplazamiento” de la población del norte, así como un “claro crimen de exterminio” que afecta, especialmente, al campamento de refugiados de Yabalia.
Solo hoy, al menos cinco palestinos murieron allí por un bombardeo israelí en la parte oeste del campamento, informó la agencia palestina de noticias Wafa.
La agencia denunció que el Ejército utiliza robots explosivos que han dejado numerosas víctimas y desatado incendios en varios edificios.
“La ocupación (israelí) busca erradicar, quemar y destruir todos los sectores vitales” de Yabalia, dijo el Gobierno gazatí en su comunicado.
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Los principales hospitales de la zona están asediados por las tropas israelíes y al borde del colapso, en especial el Kamal Adwan en Beit Lahia, donde la oficina humanitaria de Naciones Unidas (OCHA) no pudo acceder para proveer artículos de primera necesidad y combustible el sábado por tercer día consecutivo.
Los centros aquejan la falta de combustible que les permite hacer funcionar sus generadores y tener electricidad para tratar a sus pacientes, especialmente a aquellos en unidades de cuidados intensivos.
Desde que Israel lanzó su ofensiva contra Gaza hace un año, 42.227 personas han muerto y otras 98.464 han sido heridas, mientras que las autoridades estiman que más de 10.000 cadáveres continúan entre los escombros del devastado enclave.
En el norte de la Franja las autoridades denuncian que al menos 70 cuerpos están tirados en las calles sin que los equipos de emergencias de la Defensa Civil puedan acceder a ellos por los constantes ataques de las fuerzas armadas de Israel.