El anuncio de la Alianza Opositora por el Rescate de la República Dominicana cayó como una bomba atómica en el escenario político del país.
Ahora quienes decían que una oposición dividida no iba para parte han tenido que recoger el discurso, lavarlo un poco y decir de todas formas que unidos tampoco podrán ganarle al oficialismo.
Cualquier argumentación apostando a una oposición desorganizada, fuera de rumbo y desmoralizada ha cambiado. Ahora el clavo ardiendo del que se sostienen muchos es que ni Leonel ni Danilo estuvieron en el acto que encabezó Miguel Vargas, lo que supuestamente demuestra la desconfianza entre ambos líderes.
Otro argumento cojo es que solamente se pactaron cuatro senadurías y ninguna pertenece a las plazas principales como el Gran Santo Domingo y Santiago. Adrede ignoran que es un pacto “preliminar” y que puede cambiar.
Es innegable que si Leonel y Danilo aparecieran junto a Abel Martínez y Miguel Vargas con las manos alzadas, también los críticos dirían que de todas formas el oficialismo los barrería.
Es que, sin ganas de exagerar, para muchos analistas solo hay una aseveración lógica para el año 2024: “El PRM se va en primera vuelta, aunque los tres partidos de la oposición más fuertes se unan”.
De momento, los tres principales partidos de oposición fungen como mayoritarios, lo que quiere decir que manejarán mega-presupuestos para hacerle frente a la poderosa maquinaria oficialista, cada uno desde su propia trinchera.
La única contra que se le puede visualizar a la alianza es que sus líderes son conscientes del riesgo que implica esta carrera por el poder. Aquel que logre alzarse con la banda presidencial o con la mayoría de los votos, inevitablemente absorberá al que quede detrás.
Mientras tanto, el rollo sigue rodando y para saber la conclusión de esta película hay que comprar más palomitas. Y es que esto no se acaba hasta que pasen los créditos.