Santo Domingo, RD.- En el marco del tradicional Sermón de las Siete Palabras, celebrado en la Catedral Primada de América, la hermana Carmen Dolores Ferrer, de la Congregación Hermanas de la Caridad del Cardenal Sancha, expresó su profunda preocupación por las crecientes desigualdades sociales y económicas que afectan al país, especialmente en lo que respecta al narcotráfico, los grupos delincuenciales, la marginación social y la destrucción del medio ambiente.
En su intervención, centrada en la sexta palabra de Jesús en la cruz, “Todo está consumado”, la religiosa destacó la exclusión de vastos sectores de la población, quienes son considerados “desechables” por un sistema económico que no valora a aquellos que no son funcionales ni productivos según sus criterios. Señaló también el aumento del desempleo, el hacinamiento urbano y la falta de espacios adecuados para vivir dignamente.
La hermana Ferrer subrayó la grave situación de pobreza que se perpetúa debido a la desigual distribución de la riqueza, con una creciente brecha entre los pocos que se enriquecen ilícitamente y los trabajadores, obreros y campesinos que sufren las consecuencias. Asimismo, criticó la explotación indiscriminada de los recursos naturales y la creciente contaminación ambiental.
“Nos rodea la muerte y muchas otras acciones cotidianas a las que nos hemos acostumbrado. La desigual e injusta distribución de la riqueza acentúa la pobreza con nuevos (y viejos) rostros”, señaló. “Nuestros pueblos están sometidos a prácticas económicas y financieras que favorecen el enriquecimiento ilícito de unos pocos, a costa de la explotación de muchos.”
Además, la religiosa hizo un llamado a erradicar las prácticas corruptas y violentas que afectan a la sociedad, mencionando especialmente el crecimiento de los grupos delincuenciales y el narcotráfico, que continúan destruyendo comunidades y aumentando la inseguridad.
En su mensaje final, la hermana Ferrer citó las palabras de Jesús, afirmando que “de parte de Jesús, ya TODO ESTÁ CONSUMADO”, pero subrayó que, como sociedad, aún queda mucho por hacer para alcanzar el sueño de Jesús de un mundo justo, igualitario y lleno de amor. “Todo quedará consumado cuando vivamos como hermanos, en igualdad y equidad, en derecho y respeto”, concluyó, haciendo un llamado a la paz, la justicia, la solidaridad y el respeto por la vida digna.