El monto reflejado en las facturas eléctricas se ha convertido en los últimos años en un dolor de cabeza para los dominicanos, situación que se refleja en la cantidad de reclamaciones que han llegado hasta la Superintendencia de Electricidad (SIE).
En medio de la pandemia, las facturas eléctricas con altos montos comenzaron a convertirse en el pan nuestro de cada día y las quejas no se han detenido. Durante el periodo comprendido entre el 2020 y junio del 2023, se ha registrado un notorio incremento en las reclamaciones presentadas ante la SIE por parte de los clientes de las empresas de distribución de electricidad. Con asombroso ímpetu, más de 138,505 usuarios han manifestado su descontento y preocupación.
En el Reporte Especial con Julissa Céspedes, se presentó cómo el país ha sido testigo de un marcado incremento en las quejas presentadas ante la Superintendencia de Electricidad en los últimos años. Los datos recopilados muestran una tendencia clara y preocupante: en el año 2020, se registraron 34,949 quejas; en 2021, esta cifra se mantuvo alta con 27,242 reclamaciones. Sin embargo, en 2022, el número se disparó significativamente alcanzando los 50,763 casos. Aunque parecía que la tendencia a la alza se estabilizaría, el 2023 continúa sorprendiendo con 25,551 quejas ya presentadas hasta el momento.
Aunque en los últimos tres años la situación ha ido empeorado, el problema del monto reflejado en las facturas eléctricas comenzó a hacerse evidente en el año 2019. En el referido año, mes tras mes las quejas llegaban en cantidades significativas. En enero de 2019, fueron 2,841 reclamaciones y ya para diciembre las quejas ascendían a 3,650.
Cada uno de los casos tenían su propia voz y su propia historia de descontento contra las empresas distribuidoras de electricidad. Al final de 2019, un total de 42,043 reclamaciones quedaron registradas en la SIE.
Los testimonios
En un rincón de la República Dominicana, María se despidió de su hogar antes de partir a Estados Unidos. Cuidadosa como siempre, apagó y desconectó todos los electrodomésticos y luces pensando que su casa estaría en modo de hibernación hasta su regreso. Sin embargo, al volver a su casa, quedó estupefacta al encontrarse con una factura eléctrica exorbitante de más de 11 mil pesos.
Por otro lado está Pedro, un hombre trabajador y responsable, que se preocupa por administrar su presupuesto familiar. Durante meses, pagaba puntualmente sus facturas de luz que solían ser de alrededor de 1,500 pesos mensuales. Pero un día, el destino le tenía preparada una sorpresa desagradable. Al revisar su nueva factura eléctrica, su mandíbula cayó al suelo, puesto que llegó de 7,000 pesos. No entendía cómo podía haber ocurrido un aumento tan drástico y repentino.
Estas no son solo historias aisladas, sino casos reales de dominicanos que se vieron afectados por la compleja realidad del sistema eléctrico del país y que fueron presentados ayer en el programa.
En el vasto mundo de la red social de Twitter, un eco de insatisfacción resuena por las exorbitantes facturas eléctricas y los apagones en los distintos sectores.
Aunque es innegable que se ha evidenciado cierta mejora en el servicio eléctrico de la República Dominicana, tampoco se puede ignorar que este renglón aún persiste como uno de los desafíos más significativos para el desarrollo del país.
El costo de la energía y cómo se llega a la tarifa
Para mostrar cómo se calcula la energía en el país y el costo de esta, en el programa Reporte Especial se mostró el misterio que esconden las tarifas eléctricas. Como primer componente, se presentó el “costo de suministro” que es el precio medio de compra de energía que las empresas pagan para abastecer las casas y negocios.
El segundo es el valor agregado de “distribución”, que es donde encuentran todas las inversiones de las compañías de distribución para llevar la energía hasta los hogares. Las redes, transformadores, cables, medidores, forman parte del costo que se oculta entre las líneas de la factura.
A esto se añade el “costo de peaje de transmisión” que fue citado en la investigación como “un tributo” que se paga a la empresa a cargo de transmitir la energía. Estos componentes se actualizan cada cuatro años, su valor puede cambiar mensualmente debido a variables como los precios de los combustibles y la tasa del dólar y que se percibe menos por los subsidios que se hacen.
En adición a todo esto, están los cargos fijos, los cuales dependiendo del consumo, se puede pagar una tarifa u otra y ese monto es independiente de si se utiliza la energía o no.