El presidente depuesto de Bolivia Evo Morales acusó a la Organización de Estados Americanos (OEA) y a su secretario general, Luis Almagro, de haberse manchado con la “sangre de los bolivianos”, por su activa participación en el golpe de Estado que lo apartó de la Presidencia de su país.
“Yo no podía entender que la OEA sea golpista, (ahora) me consta, lo he vivido, que la OEA es golpista”, señaló el mandatario, en una conferencia de prensa en México, donde se encuentra asilado.
En sus declaraciones, contó que se había acordado la realización de la auditoría a los comicios del 20 de octubre, que desataron las manifestaciones violentas de la oposición, al negarse a aceptar su triunfo para un nuevo mandato.
La OEA había señalado que tenía previsto emitir su informe el 12 o 13 de noviembre, previo acuerdo con la Cancillería boliviana; sin embargo, la madrugada del día 10 le informaron que ya tenían un documento preliminar.
Ante ello, según Morales, se comunicó con la representación de la organización y les advirtió que “si sacan ese informe va a incendiar a Bolivia y va a haber muertos”.
El exmandatario señaló que, lamentablemente, lo ignoraron y “Luis Almagro y la OEA se mancharon con la sangre del pueblo boliviano”, al acelerar “el informe para el domingo 10 en la madrugada, para sumarse al golpe de Estado”.
Recordó que hasta la fecha, la OEA no ha emitido un informe final de la auditoría hecha a los comicios y ya se han registrado decenas de muertos por las autoridades de facto en el país suramericano.
Por todo esto, recomendó a los gobiernos progresistas de la región “cuidarse de la OEA”, agregando: “La OEA es golpista, no respeta la soberanía de los Estados, que quede bien claro, no se cómo no se le remuerde la conciencia a Luis Almagro”.
“Acusación política”
Morales también se refirió a la persecución y represión que ha emprendido el Gobierno de facto de Jeanine Áñez contra sus detractores en Bolivia.
Desde el 20 de octubre se han registrados 33 muertos, de los cuales 30 ocurrieron tras la forzada salida de Morales de la Presidencia, el pasado 10 de noviembre, según datos de la Defensoría del Pueblo.
Además, los últimos días se han registrado ataques contra líderes partidarios a Morales. Los más recientes fueron la aprehensión de la exdiputada electa del Movimiento al Socialismo (MAS) Deisy Judith Choque y la detención preventiva de Gerardo García, vicepresidente del MAS.
“Dentro del sistema capitalista, los movimientos sociales somos terroristas”, señaló Morales, e indicó que esta práctica es común “en la derecha”. “Desde 1989 hasta 2005 me procesaron continuamente por sedición (…) pero nunca lo probaron“, recordó.
De manera similar, ahora buscan procesarlo por sedición, lo que definió como una “acusación política”, y celebró que no lo están “procesando por corrupto”.
¿Y las elecciones?
El mandatario depuesto se refirió a que desde el gobierno de facto “plantean elecciones, libres, limpias y transparentes, y no puede haberlas si hay perseguidos políticos, acusados de terrorismo, hermanas y hermanos asilados en Embajadas y otros países”.
Reiteró que no se presentará como “candidato a la Presidencia”. Sin embargo, dijo que como movimiento tiene “derecho a participar en las elecciones”, aunque recordó que le está impedido volver al país “por instrucción de EE.UU.”.
“Cambiamos Bolivia”
El mandatario derrocado mencionó que lo que le duele de lo que sucede actualmente en Bolivia, además del asesinato de sus compatriotas, es que “lo que en corto tiempo fue construido, ahora lo están destruyendo”.
“Nunca nos perdonarán que apostamos a la nacionalización de los recursos naturales y cambiamos Bolivia”, enfatizó.
Señaló que durante su Gobierno, “como indios”, demostraron que “Bolivia es viable” y puede haber “crecimiento económico”. En ese sentido hizo referencia a que durante sus 13 años de mandato, seis estuvieron primeros como el país de mayor crecimiento económico en Sudamérica, algo que no había sucedido antes.
“Otro mundo es posible”
En este sentido, Moreno mencionó que, con base en su experiencia como presidente y como dirigente sindical, entendió que “solo la paz en el mundo se va a garantizar cuando haya justicia social”.
Indicó que la experiencia de su Gobierno en Bolivia ha demostrado que “otro mundo es posible, sin injerencia internacional, sin estar esperando de EE.UU. las migajas, sin endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI), sin privatizaciones”.