El tungsteno, un metal vital para sectores como la tecnología, la defensa y la energía, está bajo amenaza debido a las nuevas restricciones impuestas por China a sus exportaciones.
Este mineral, esencial para la fabricación de componentes de alta precisión, podría generar graves consecuencias para la economía y seguridad nacional de Estados Unidos, que no produce tungsteno desde 2015.
La dependencia de las exportaciones chinas ha incrementado el riesgo de escasez de este recurso clave, lo que podría afectar diversas industrias, según informa el periódico La República.
El tungsteno es un metal ultradenso y extremadamente resistente al calor, lo que lo convierte en un componente esencial en diversas aplicaciones tecnológicas y de defensa.
Se utiliza en la fabricación de herramientas de corte, filamentos de bombillas, blindajes y componentes de turbinas, paneles solares y componentes automotrices, como las baterías de los vehículos eléctricos siendo crucial en la producción de dispositivos electrónicos, aviones, y semiconductores.
China: el mayor proveedor mundial de tungsteno
China controla alrededor del 80% de la producción mundial de tungsteno, lo que otorga al país un poder considerable sobre la cadena de suministro global de este metal.
Además de tungsteno, China también posee grandes cantidades de otros minerales críticos, como el bismuto, el telurio y el molibdeno, que son fundamentales para industrias como la automotriz, la aviación y la energía renovable.
Estados Unidos, que dejó de producir tungsteno en 2015, depende casi en su totalidad de las importaciones provenientes de China para abastecerse de este recurso estratégico.
Aunque otros países como Australia, Corea del Sur y España están trabajando en fuentes alternativas, aún pasarán años antes de que puedan cubrir la demanda global de tungsteno a gran escala.
Las restricciones chinas sobre el tungsteno no son un hecho aislado. Este movimiento forma parte de una serie de medidas adoptadas por Pekín en respuesta a los aranceles impuestos por Estados Unidos a productos chinos, como parte de la guerra comercial entre ambos países.
Según el diario La República, estas restricciones están exacerbando las tensiones comerciales y creando incertidumbre en las industrias que dependen de metales estratégicos.
Trump y aranceles y a China
La administración de Donald Trump fue pionera en aplicar aranceles a productos chinos, lo que provocó una serie de medidas en represalia por parte de China, afectando a sectores clave como la defensa y la tecnología avanzada.
Según el periódico Securities, las recientes restricciones de exportación impuestas por China ponen en riesgo la cadena de suministro de tungsteno.
El tungsteno es conocido por su extrema resistencia al calor y a la abrasión, lo que lo convierte en un componente indispensable en la fabricación de municiones, componentes de precisión y equipos de alta tecnología.
Con un punto de fusión de 3.422 grados Celsius, el tungsteno es el metal más resistente al calor de la tabla periódica, lo que lo hace fundamental para aplicaciones en la industria aeroespacial, la fabricación de semiconductores y la defensa.
Según información publicada en Securities, la administración de EE. UU. ha tomado medidas para contrarrestar esta dependencia, incluida la creación de reservas estratégicas de tungsteno, pero aún enfrentan la amenaza de las restricciones impuestas por China.
La situación pone de relieve las tensiones comerciales entre ambas potencias, cuyo conflicto sobre tarifas y tecnología continúa profundizándose.
El impacto de las restricciones de China en el mercado global
Las recientes restricciones a la exportación de tungsteno, sumadas a los aranceles comerciales impuestos por Estados Unidos, han generado incertidumbre en los mercados internacionales, provocando un aumento en los precios de este metal y una mayor presión sobre las empresas que dependen de él para sus procesos de fabricación.
Además, las restricciones podrían tener repercusiones en la producción de tecnologías avanzadas como los sistemas de propulsión de cohetes, la fabricación de chips electrónicos y la producción de equipos de energía renovable.
Securities advierte que si esta situación persiste, la escasez de tungsteno podría ralentizar la innovación tecnológica en diversas industrias, afectando tanto a la seguridad nacional como a la competitividad económica de EE. UU.
