Santo Domingo.- El 48,6 por ciento de los emprendimientos fracasan en República Dominicana en su etapa de madurez por problemas financieros y la falta de planeamiento estratégico, según una encuesta realizada por el Instituto del Fracaso (The Failure Institute).

El estudio, que abarcó a 600 emprendedores que tuvieron al menos un negocio que fracasó, plantea políticas públicas que garanticen que los grupos vulnerables puedan participar en iniciativas para la generación de emprendimientos sostenibles y aumentar la empleabilidad de personas pertenecientes a hogares en pobreza y extrema pobreza en 13 provincias del país.

La encuesta, que fue presentada durante el Foro de inclusión social y emprendimiento sostenible para poblaciones vulnerables: Explorando el fracaso emprendedor”, organizado por la Vicepresidencia de la República, el Instituto del Fracaso y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), señala que el 66,9 % de los encuestados no formalizaron las operaciones de sus negocios, aunque el 43 % dijo saber cómo hacerlo.

Al encabezar el acto de inauguración del foro, Rosa María Suárez, ejecutiva de la Vicepresidencia, dijo que ese estudio plantea los desafíos a los que se debe hacer frente para que los sistemas de protección social alcancen a las familias más vulnerables.

Asimismo, el director ejecutivo del Instituto del Fracaso, Pepe Villatoro, quien ha formado cinco empresas y asesorado emprendedores, afirmó que las tres cuartas partes de los emprendimientos que fracasaron en la etapa de madurez solo tenían un socio.

“Y yo, como emprendedor, les cuento uno de mis fracasos, mi primer error fue el querer hacerlo todo yo. Y yo hacia la página web, y yo hacía la revista, y yo vendía, y yo todo. Y después alguien me dijo: cómo no llevaste el punto de equilibrio, fundiste la tarjeta de crédito, ya quedaste mal con todo el mundo, das por fracasada tu empresa”.

En el estudio se encontró, además, que al cierre del negocio, ocho de cada diez emprendimientos fueron realizados en solitario, por lo cual, los emprendedores enfrentaron una mayor cantidad de retos operativos al no poder distribuir la carga laboral, tuvieron menor capacidad de ejecución e innovación y menos tiempo para dedicar a experimentar con nuevos productos y estrategias para hacer crecer el negocio.

Entre las mujeres, que sumaron el 68 % del total encuestado, los negocios más comunes son comercio, venta de alimentos preparados, colmados, salones de belleza y confección de prendas de vestir; mientras que, en el caso de los hombres, que componen un 32 % de la muestra, figuran el comercio, venta de alimentos preparados y colmados.

Asimismo, un 85 por ciento de los emprendedores tenían entre uno y tres empleados en el momento del cierre de su negocio.

El estudio evidencia una diferencia importante respecto a la inversión inicial promedio entre hombres y mujeres.

Los hombres disponen al inicio de su emprendimiento de un promedio de 86.288 pesos dominicanos (alrededor de 1.713 dólares), mientras que las mujeres comienzan sus actividades con un promedio de 30.161 pesos dominicanos (aproximadamente 598 dólares), casi una tercera parte del capital inicial masculino, disparidad que se mantiene a lo largo de las distintas categorías de negocio.

La encuesta también pone de relieve que el 50 % de los emprendedores usó sus ahorros personales como la fuente principal de inversión, siendo la ganancia mensual promedio reportada de 5.000 pesos (unos 100 dólares).

Lo anterior apunta a que las mujeres enfrentan mayores dificultades financieras para iniciar sus negocios, debido a la tenencia de un menor capital propio o por mayores dificultades para obtener crédito.

Con respecto al fracaso emprendedor, se reportó que la mayor parte de los cierres ocurren en dos etapas del negocio: al inicio de sus actividades (un 27,6 %) y en su estado de madurez (36,6 %), en concordancia con la situación conocida como el “valle de la muerte emprendedora”. 

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