La madre de la víctima y antaño compañera sentimental del agresor lo abandonó en la década de 1990, porque también había sufrido abusos de su parte. Ya durante aquellos años el hombre había violado a su hijastra. En enero de 1997, Piette secuestró a Rosalynn y la llevó a México. Antes de cambiar de país, se ‘casaron’ en el interior de una furgoneta, según lo declaró al FBI un hijo del contrayente, que entonces tenía 15 años.
McGinnis, que ahora tiene 35 años, logró escapar en 2016 del cautiverio en que la mantuvo Piette en México, tras lo cual se dirigió a la Embajada estadounidense en esa nación, junto con ocho de sus hijos, y obtuvieron pasaportes para poder regresar a su país natal. Al cabo de unos meses las autoridades mexicanas arrestaron al hombre en Oaxaca y lo extraditaron.
“La víctima sufrió dos décadas de horrorosos abusos por parte del acusado. Su coraje la llevó a escapar y rescatar a sus hijos”, dijo el abogado Brian J. Kuester. “Su valor puso fin al reinado de terror del acusado”, añadió, y dijo que si bien el veredicto no podrá curar “las innumerables heridas infligidas” contra McGinnis, quizás evite que el acusado perjudique la vida de otras personas.
La mujer, que explicó que fue agredida sexualmente “varias veces durante casi todos los días” que pasó con su captor, decidió revelar su pesadilla a los medios de comunicación porque quería que se hiciera justicia.
De este modo Piette, que fue declarado culpable de secuestrar a una menor y haber abusado de ella de manera física y sexual, se enfrenta a cadena perpetua. De momento, la fecha de la audiencia de sentencia todavía no ha sido fijada.