Estudios confirman que la pandemia covid-19 ha impactado negativamente en el proceso de aprendizaje, en el aumento de la tasa de abandono escolar y ha marcado aún más las brechas existentes en el sistema educativo de la República Dominicana.
Estas razones parecen suficientes para que el académico Radhamés Mejía, miembro de la Iniciativa Dominicana para una Educación de Calidad (IDEC), planteara la renovación del Pacto Nacional para la Reforma Educativa, firmado hace siete años. “La necesidad que hoy tenemos de aunar esfuerzos es mucho mayor.
De ahí es que hago un llamado a la necesidad de renovar el pacto que firmamos en el 2014 para que podamos actualizarlo a la luz de los retos que el covid ha planteado”, indicó.
Al presentar el informe de seguimiento y monitoreo a la política educativa preuniversitaria, Mejía sostuvo que la pandemia generada por el SAR-COV-2 constituirá un antes y después en materia de educación en el país, cuyos efectos crean nuevos desafíos que para enfrentarlos se requerirá de la participación de todos los sectores nacionales.
“No es posible enfrentar los retos que el covid-19 nos está presentando, más los retos que teníamos antes, si no somos capaces de unirnos para trabajar todos en una misma dirección.
Hoy más que nunca el futuro de la educación dominicana nos convoca a trabajar juntos para encontrar soluciones viables y sostenibles”, dice. Explica que las condiciones transversales mínimas que garantizan una institución capaz de gestionar el cambio y liderar la transformación que requiere el sistema educativo dominicano necesitarán de la despolitización del sector educativo dominicano, del fortalecimiento, coherencia y continuidad de las políticas educativas.
Asimismo, propone la selección y ejecución de programas y acciones priorizadas en base a evidencia de resultados positivos, además de la constancia y consistencia en el seguimiento y monitoreo riguroso a las acciones principales. En ese orden, recomienda mantener los espacios de diálogo y consulta del sistema educativo (como el Pacto Educativo) en el seguimiento y cumplimiento de los compromisos nacionales e internacionales asumidos por el país. “Entre los avances en el sistema se plantea la asunción de una cultura de evaluación nacional e internacional como un hecho ya establecido en el país, gracias a la aplicación de pruebas diagnósticas nacionales e internacionales”, sostiene en el informe. No obstante, destaca que como consecuencia de la pandemia, todas las pruebas del año 2020 fueron suspendidas y postergadas, a excepción del Estudio Internacional de Educación Cívica y Ciudadanía (ICCS), del cual el país no firmó su participación para para la próxima edición contemplada para el 2022.
En ese sentido, el IDEC sugiere la continuidad de la aplicación de las pruebas nacionales como punto vital para el progreso que se había alcanzado y tomar decisiones con evidencia que respalde su pertinencia. Lo mismo aplica para las pruebas diagnósticas locales y la relevancia de mantener las pruebas internacionales.
Insiste en la necesidad de usar libros de texto
El IDEC reitera la importancia de libros de texto individuales para todos los niños, niñas y adolescentes, como recurso básico para potenciar aprendizajes. También hace un llamado a abordar los efectos inmediatos de la crisis, focalizando las acciones en el desarrollo de la capacidad del centro educativo como unidad ejecutora central de los procesos, a través de un sistema de desempeño institucional que, de forma articulada, con roles para todos los niveles, guie los esfuerzos entorno a indicadores y metas claras.