Santo Domingo.- El director de la Dirección General de Impuestos Internos, Magín Díaz, respondió a las imputaciones hechas por el periodista Ramón Núñez Ramírez sobre una supuesta persecución tributaria por razones políticas de parte de la entidad tributaria.
A continuación la carta íntegra del director de Impuestos Internos a Nuñez Ramírez:
Ramón Núñez Ramírez, Productor Telematutino 11 Telesistema,
Canal 11 Su despacho.
Sr. Núñez Ramírez:
Quiero referirme a su comentario del 13 de septiembre del año en curso acerca de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), en el que también cita específicamente mi nombre con imputaciones que considero graves para la credibilidad de esta institución y para mi propia reputación como servidor público con una carrera profesional y técnica de casi 20 años al servicio del Estado Dominicano en distintas instituciones y funciones.
Según transcripción revisada y cotejada, usted señaló lo siguiente en su programa de televisión: “Ha habido provincias donde Leonel Fernández se ha reunido con empresarios, al otro día le llega una notificación a esos empresarios de la DGII, porque es que hay una persecución tributaria.” También dijo: “Reitero: un Magín Díaz será para meterle miedo a los empresarios, cuidado si usted colabora, cuidado si usted se reúne, porque le mando una notificación...
Sobre lo anteriormente expuesto, le comparto mis puntos de vista que espero sean dados a conocer por usted a su audiencia, como derecho a réplica otorgado a quien se siente altamente agraviado: 1.– Por respeto a su auditorio y como persona pública –miembro de la honorable Junta Monetaria del Banco Central desde hace 15 años– usted debería presentar con pruebas fehacientes los casos que, de acuerdo con sus planteamientos, constituyen persecución tributaria por razones políticas de parte de la DGII. De no hacerlo, debería admitir que ha ofrecido unas declaraciones peregrinas fruto de la efervescencia política del momento.
2.– El cobro de los impuestos, las inspecciones, notificaciones y demás procesos previstos en el Código Tributario no son prácticas sujetas a preferencias políticas ni constituyen excepciones en ningún lugar de la geografía nacional porque haya pasado por allí un candidato presidencial de cualquier partido o hasta el propio Presidente de la República. Esperar de DGII ese tipo de acomodo es convertirla en una entidad aberrante, un órgano político abusivo y desnaturalizado en cuanto a sus funciones.
3.– En la DGII trabajamos para que la Administración Tributaria sea respetada y no con el propósito de hacer de ésta un ente de terror para los empresarios ni para ningún contribuyente. El avance institucional logrado en los tres años que lleva esta gestión no es un resultado del miedo, sino del trabajo constante, la eficiencia, la confianza y la transparencia para hacer a la institución cada vez más accesible y cercana a los ciudadanos.
4.– Ratifico lo que dije recientemente ante la Cámara Americana de Comercio en República Dominicana: “Asumo la responsabilidad de los errores cometidos por mí y por la institución. Y por ellos pido sinceramente disculpas. Pero no pido disculpas por luchar por una DGII más sólida, independiente, ética, y alejada de la política partidaria: sin favorecer a los que están en el poder, ni mucho menos perjudicar a los que están fuera de éste. Y con la esperanza de que todos aspiremos a una sociedad diferente, en la cual el cumplimiento tributario no esté supeditado al ciclo político.”
5.– No estoy ni estaré integrado a propósitos que me lleven a pasar por encima de la ley, sabiendo, además, que soy un macroeconomista sin pericia en actividades, tácticas, estrategia ni movilización partidaria, pues no es mi campo. A usted le respeto la capacidad de desdoblarse siendo un miembro de un organismo tan delicado como la Junta Monetaria y al mismo tiempo ejercer de activista pretendidamente pugnaz, que ataca con falacias la buena fama de terceros en busca de posicionamiento político. Esta sería la forma más deleznable de alcanzar sus objetivos.
6. Al margen de la simpatía política que yo pueda tener –y que es una facultad inalienable como ciudadano en pleno disfrute de mis derechos civiles – mi tiempo es para recaudar los impuestos, combatir la evasión y asumir como una profesión de fe el mejor servicio a los contribuyentes, con transparencia, equidad y basado en la ley. Ese es mi aporte fundamental al Gobierno, al Estado y al país.