El pasado día 1 de febrero, el gobierno de Estados Unidos anunció la imposición de aranceles adicionales del 10% a las importaciones desde China y del 25% a los bienes provenientes de México y Canadá como parte de su estrategia comercial.
Sin embargo, tras negociaciones con los gobiernos de estos dos últimos países, la implementación de los aranceles fue suspendida hasta el 1 de marzo, debido a la negociación de acuerdos de seguridad fronteriza con estos países, según los datos informados. En el caso de China, la medida entró en vigor el 4 de febrero, lo que llevó al gobierno chino a responder con aranceles del 15% a ciertos productos estadounidenses, vigentes desde el 10 de febrero.
Un análisis del Centro Regional de Estrategias de Estrategias Económicas Sostenibles (Crees) indica que en caso de aplicarse todas las medidas propuestas, no solo afectarían productos finales, sino también materias primas y bienes de capital, encareciendo insumos esenciales para la producción. Además, la relación comercial entre EE.UU., México y Canadá está altamente integrada en sectores como la industria automotriz, donde piezas y componentes cruzan las fronteras en distintas etapas antes del ensamblaje final. Un motor puede fabricarse en México, ensamblarse en Estados Unidos y recibir sistemas electrónicos en Canadá.
El Crees plantea que los aranceles en cualquier punto de este proceso elevarían costos en toda la cadena de valor, afectando la competitividad y trasladando sus efectos a los precios internacionales. “Además, cuando un país impone medidas arancelarias, los países afectados tienden a responder con medidas similares, generando distorsiones en el comercio y desviando la producción hacia países menos eficientes, lo que incrementa costos y afecta la asignación global de recursos”, dice el centro de pensamiento y análisis de República Dominicana.
De acuerdo con el análisis del Crees, cuyo vicepresidente ejecutivo de Miguel Collado Di Franco, en 2024, las importaciones desde Estados Unidos alcanzaron US$11,558.2 millones, consolidándolo como el principal socio comercial del país.
Estados Unidos es el mayor proveedor de bienes esenciales, con una participación clave en energía, manufactura y transporte.
Los combustibles y derivados del petróleo representaron US$3,738.8 millones de estas importaciones. Además, bienes industriales como maquinarias (US$1,282.2 millones) y vehículos (US$668.7 millones) dependen en gran medida de EE.UU.
Dependencia de bienes que vienen desde EE.UU
El Crees deja claro que, aunque estas medidas no están dirigidas a República Dominicana, la alta dependencia de bienes importados desde Estados Unidos, un probable aumento en sus costos de producción, podría reflejarse en los precios locales. Para las empresas, esto significaría mayores costos operativos, reduciendo su capacidad de inversión y expansión. Al mismo tiempo, los hogares enfrentarían una pérdida de poder adquisitivo.