El sector genera 115 mil empleos; exportaciones suman US$953 millones, el principal mercado receptor es EE.UU.
La producción de tabaco en República Dominicana atraviesa por momentos positivos; está dejando buenos dividendos a quienes incursionan en esa actividad y se habla, incluso, de que se ha colocado por encima de algunos de los otros cultivados en los suelos dominicanos.
El producto tuvo una época de esplendor, en unn tiempo en el que la economía dominicana se denominó “de postre”, porque su fuerte a nivel de ingresos eran fundamentalmente la caña de azúcar, el café, el cacao y el propio tabaco, pero luego vino una etapa de declive de la fortaleza de estos, especialmente de la caña y el café.
“El tabaco es actor protagónico de la generación de riqueza, aportando de manera importante a la economía del país”, asegura el director del Instituto del Tabaco de la Republica Dominicana (Intabaco), Rafael Almonte Guzmán, en una entrevista para elCaribe. Entre 1995 y 1997 el tabaco atravesó por una crisis mayor, que motivó a que posteriormente se tomaran regulaciones en la siembra y que la plantación se sujetara a contratos de comercialización, como de garantía para el éxito.
El monto actual de las exportaciones es de US$953 millones, dependiendo de la oferta y demanda, pero cada año supera el anterior, explica Almonte Guzmán.
El principal mercado receptor a nivel internacional es Estados Unidos y el segundo es Europa. El Intabaco ha sostenido encuentros con los embajadores dominicanos en Europa, América del Sur y Asia, participa en ferias internacionales y realiza promociones en revistas de renombre, con el fin de abrir más espacio a la hoja de “etiqueta” dominicana.
De acuerdo con los números de la institución, dentro de las exportaciones de productos agropecuarios, el tabaco figura en el grupo de mayor fortaleza. El sector tabaquero en sus procesos de siembra, cuidado, cosecha, procesamiento e industrialización genera 115,000 empleos, con tendencia a incrementarse. Sin embargo, esa cantidad de mano de obra depende del tamaño de las cosechas. El Intabaco asegura que está incursionando en nuevas áreas y lo está haciendo con estricto apego a los criterios de zonificación.
En el tabaco, igual que en otros rubros, como el plátano y el melón, por ejemplo, existen variedades. Las que se cultivan en República Dominicana son los tipos Havanensis, de olor y los tabacos para la fabricación de andullos, porque son las que más demanda el mercado. La variedad que más se adapta a las tierras dominicanas es la de olor. En la provincia Santiago se siembra el 51 % del tabaco del país. El resto se cultiva en 12 provincias más.
El hecho de que la mayor cantidad esté en la zona de Santiago obedece a las condiciones de suelo y clima que posee esa parte.
Para desarrollarse en condiciones óptimas el tabaco requiere precisamente de suelos y clima adecuados, así como agua de buena calidad para riego. El costo de producción promedia los RD$12,000 por tarea. En cuanto al rendimiento, es de dos quintales por tarea. Los principales retos que deben superar los cultivadores de tabaco para lograr mayor “vuelo”, según dice el director del Intabaco, incluyen superar la ineficiencia del pasado, conocer el manejo de las cosechas, así como aceptar e implementar las nuevas tecnologías para ser más efectivos. “Las principales fortalezas de los productores locales de tabaco frente a los de países de América Latina y el Caribe del rubro están un tanto ligadas a la experiencia, a la cultura tabacalera heredada y las condiciones de suelo y de clima. República Dominicana es aventajada frente a ellos”, asegura Rafael Almonte Guzmán.
El 65 % del tabaco a nivel nacional se produce bajo riego; el restante 35 % se produce en secano. La mano de obra es muy intensiva y se ha ido tecnificando y avanzando bastante. La inversión colocada en tabaco en el país asciende a RD$1,500 millones, desde inicio de ciclo hasta la colocación del tabaco en la industria. El cultivo es muy delicado, requiere de cuidados especiales y mantener la hoja en buen estado, sana y sin roturas.
La producción según las regiones en que se divide el país está segmentada de la siguiente forma: En la zona sur (Azua, San Juan de la Maguana y Elías Piña) hay sembradas 12,181 tareas; en la zona norte (Santiago, La Vega, Espaillat y Puerto Plata) hay 54,909 tareas; en la zona noroeste (Valverde, Santiago Rodríguez y Montecristi) hay 36,562 tareas y en la zona central (Sánchez Ramírez, Monte Plata y Hato Mayor) hay 910 tareas en cultivo activo.
República Dominicana tiene producción agrícola que entra en el régimen de “zona franca especial”. Las hay, por ejemplo, de melón y otros. Una gran parte de las empresas tabacaleras operan bajo ese régimen, según le dijo a este periódico el director del Intabaco. Las principales enfermedades que pueden atacar la hoja son el moho azul, la pata prieta y el virus TSW. “Para combatirlas se requiere intensiva asistencia técnica y desde el Intabaco la ofrecemos, con un programa integrado de plagas y labores culturales”, sostiene Almonte Guzmán. El precio al que se comercializa el quintal de tabaco actualmente es de RD$7,000. Cuatro años antes era de RD$5,000. Cuando se le pregunta al director del Intabaco si es rentable producir tabaco, su respuesta es sí. “Y podría ser más si el productor procesara su producción”, indica el funcionario.
En el país cada día se toma más tierra con vocación agrícola para otros usos distintos, incluyendo la construcción. Diversos sectores han advertido que “eso podría suponer una amenaza a futuro y hacernos depender demasiado de las importaciones agrícolas”.
Desde el punto de vista del director del Intabaco, eso no es una amenaza aún, porque existen áreas disponibles para cultivar alimentos.