República Dominicana no ha podido aprovechar los elevados precios del oro en los mercados internacionales porque no se tomaron las decisiones importantes que se requerían en su momento.
“El país está perdiendo de recibir más de un millón de dólares diario en ingresos fiscales por el atraso que hay en los permisos que requiere la Barrick Gold, asegura el economista Magín Díaz. Equivale a decir que los recursos dejados de recibir totaliza US$30 millones mensuales, que equivalen a RD$1,825,500,000, si se hace la conversión de dólar a peso, razón de 60.85 pesos por cada US$ del pasado viernes.
La crítica formulada por Díaz apunta a pasos que debieron darse y no se dieron con antelación para asegurar la continuidad de la producción minera y así aprovechar la coyuntura internacional de precios en elevación. La minería –hecha de forma responsable– pudo haber sido una buena opción frente a la situación de las finanzas públicas, como apunta el profesional de la economía. Sin embargo, ha confrontado dificultades para “levantar la cabeza”, y el país está perdiendo dinero, momentos en que debió ser todo lo contrario. Debió sacar provecho a la elevada cotización del metal.
“Esta coyuntura agarra al país con unas finanzas públicas muy vulnerables y el Gobierno, si quiere utilizar la política fiscal, la única opción que tiene ahora es endeudarse, si necesita incentivar la economía a través del gasto público, ya que tomó la decisión de no hacer una reforma fiscal, y las razones por las que había que hacer una reforma se mantienen, no ha habido ningún cambio que mágicamente diga que el país no requiere elevar las recaudaciones”, afirma.
El contexto internacional ha sido especialmente favorable para los países productores de oro. Según el “Reporte mensual de commodities: Resumen de tendencias y análisis del mercado internacional”, elaborado por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, el precio del oro cerró el mes de marzo de 2025 en US$ 3,122.8 por onza troy. Esta cifra representa un incremento de 8.0 % en comparación con los US$ 2,890.2 registrados a inicios del mismo mes.
El informe señala que este valor constituye un récord histórico, superando el máximo anterior de US$3,086.5 por onza troy alcanzado dos días antes. En lo que va de año, el oro ha experimentado una apreciación del 18.8 % en relación con su cotización al cierre de 2024, impulsado por un entorno marcado por tensiones geopolíticas e incertidumbre económica, factores que han fortalecido su papel como activo de refugio.
Dentro de las razones que sustentan esta tendencia al alza, se destaca la política comercial de los Estados Unidos. La incertidumbre generada por las posibles medidas arancelarias y el temor a una desaceleración de su economía han provocado un aumento en la demanda de oro como valor seguro. Asimismo, la persistencia de conflictos como el de Ucrania con Rusia y el de la Franja de Gaza ha intensificado aun más el interés por este metal precioso.
Además, los bancos centrales y otras entidades financieras han incrementado sus compras de oro, con el objetivo de diversificar sus reservas y protegerse ante la volatilidad del entorno económico.
Cuando se introduce el tema del petróleo en el mercado internacional, cuyo precio ha estado por debajo de lo que se esperaba, el economista Jaime Aristy Escuder indica que era mucho más preferible para República Dominicana tener un millón de onzas de oro exportadas anualmente, y no 500 mil, como es hoy día, aunque el precio del crudo estuviera más alto.
Un desempeño bastante débil en Energía y Minas
Aristy Escuder calcula que por cada dólar que reduce el precio del petróleo, el país se ahorra US$50 millones al año. “Es algo sumamente positivo; eso ayuda a las finanzas públicas y ayuda a las cuentas externas, pero sin lugar a dudas, lo ideal hubiera sido poder aprovechar los 3,500 dólares la onza troy a los que se cotiza el oro. Eso habría generado un nivel extraordinario de ingresos al Gobierno”, explicó.
Las cifras que maneja indican que entre 2019 y 2020 República Dominicana producía un millón de onzas de oro y eso se vendía en el mercado internacional. “Se había venido señalando desde el año 2012, que lo que se había estado invirtiendo en esas unidades de producción, en esa mina, iba a tener unos rendimientos cada vez decrecientes, y que habría un momento en el que se tenía que sustituir, ya sea por nuevas explotaciones y para eso había que hacer inversiones oportunas. Lamentablemente no se realizaron esas inversiones oportunas”.
“Lamentablemente, no se hizo lo que debía hacerse. El Ministerio de Energía y Minas terminó siendo una institución con muy pobre desempeño y no hizo el trabajo adecuado en los primeros cuatro años de este gobierno. Fue un desastre total”, dijo Jaime Aristy.