Entre distintas personas que desean adquirir un vehículo en compra, hay una pregunta que sigue formulándose: ¿Por qué siguen tan caros, a pesar del desmonte arancelario del que tanto se hablaba?
Ese desmonte se produjo hace años en el arancel del 20 % que pagaban en Aduanas los vehículos que vienen desde mercado estadounidense. Empresarios del sector vehicular sostienen que el Acuerdo de Asociación Económica (EPA, siglas en inglés) suscrito con la Unión Europea, y el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (conocido como DR-CAFTA, por sus siglas en inglés) dejaron en la población unas expectativas que finalmente no se correspondían con lo que realmente sucedería, respecto al comportamiento de precios. Y aseguran que, contrario a lo que se esperaba, a los automóviles les subieron los impuestos, con relación a los que tenían antes del tratado, sin que eso signifique que los importadores se estén quedando con ese diferencial.
De acuerdo con representantes en el país de empresas fabricantes de vehículos, un carro que llega a República Dominicana bajo el Tratado de Libre Comercio paga entre un 50 y un 51 por ciento de impuestos del valor fijo. Eso significa –según las explicaciones ofrecidas- que si el vehículo cuesta, por ejemplo, 20 mil dólares, paga 10,200 dólares de impuestos. En el pasado, el concesionario normalmente vendía el carro al detalle, pero ha surgido un intermediario adicional, que es el dealer”. En un sistema de franquicias, un “dealer” es la persona encargada de vender productos o servicios en nombre de una compañía y a cambio de ello obtiene beneficios.
En detalle, siempre partiendo de lo explicado a este diario, cuando el auto no viene de países miembros del Acuerdo de Libre Comercio, como ocurre cuando ese vehículo viene, por ejemplo del mercado japonés, coreano, brasileño u otro, paga un 60% de impuestos del valor fijo, porque hay que sumarle un 10% de arancel. Cuando se realizó la primera reforma fiscal después del DR-CAFTA se quitó el recargo cambiario que había, de un 13%, pero a los vehículos les pusieron un pago por una primera placa, que es de un 17 % del valor de ese vehículo, y esa primera placa se modificó después en la penúltima reforma fiscal y se le montó hasta un tres por ciento adicional (puede ser un uno, un dos o un tres por ciento). En lo que concierne al ITBIS (Impuesto a la Transferencia de Bienes Industrializados y Servicios), era un 10% cuando se firmó el acuerdo. Pero ya es un 18 %, según concesionarios consultados.
Al segregar por país de origen, excluyendo las motocicletas, la mayoría de los vehículos que conforman el parque vehicular dominicano son japoneses, con una ponderación del 63.6 % del stock de vehículos (9.6 puntos porcentuales menos que hace cinco años, cuando eran el 73.2% del total de automóviles), seguidos por los de origen estadounidense con 12.3 %, los coreanos con una participación de 11.2 %, los europeos con 6.7 % y los vehículos de otros orígenes representan el 6.2 %. En cuanto al año de fabricación, predominan los automóviles los años del 2014 hacia atrás, que son el 95.2 % del total. Los jeeps, en cambio, 90.2 % corresponde a años de 2016 hacia atrás.
“No hay rejuego o margen alguno para que los vehículos de ninguna nacionalidad reduzcan su precio aquí en este país. Aquí tú ves vehículos (como algunos de los llamados yipetas, por ejemplo), incluso con seis y siete años de usados, que para tú adquirirlos tienes que buscar un dineral. No debería ser así. Pero tú tienes que calcular que cuando ese vehículo entró pagó un dineral de impuestos. Y siguen pagando los que entran”, indican los concesionarios que se refirieron al tema bajo sugerencia de no citar sus nombres.
En general, la queja es que “se hizo creer lo que no era, cuando al quitarles el arancel por un lado, se colocó por otro. “Para los fines es lo mismo. La diferencia es que ahora, en vez de tú pagarlo en Aduanas, lo pagas en la Dirección de Impuestos Internos (DGII)”, señalan.
Los que circulan
Según cifras de la DGII, a final del período fiscal 2020, el parque vehicular dominicano era de 4,842,367 unidades, registrando un incremento de 4.5 % con relación al año anterior, equivalente a 207,491 nuevas unidades. Categorizado el parque vehicular según tipo de vehículos, los números indican que las motocicletas presentaron un mayor crecimiento en términos absolutos, con 121,963 nuevos registros, para un incremento de 4.7 % con respecto al año anterior, seguido por los automóviles.
Los vehículos registrados en el país
El segmento de automóviles presentó en 2020, en cuanto a las nuevas unidades que hay de ellos en el país, de 37,307 y un crecimiento de 3.9 %. Luego siguieron los jeeps, con un aumento de 29,755 nuevas unidades, para un incremento de 6.1 %.
Partiendo de los números de la DGII, los vehículos con más de cinco años de fabricación representan el 89.9 %, mientras que la cantidad de vehículos correspondientes a menos de un lustro de antigüedad o fabricación, rango de 2017-2021, son el 10.1 % del inventario, de acuerdo con las estadísticas oficiales.
En cifras absolutas, el universo de vehículos del parque vehicular dominicano fabricados en el año 2000 y antes de éste es de 2,069,061, equivalente al 42.7 por ciento. De ese total, las motocicletas son un millón 87 mil 112 unidades.
Los vehículos de carga registrados al 2020 ascendieron a 458,762, ese universo los que corresponden al año de fabricación 2021 representan el 0.16 %; el 1.52 % a los del 2020; el 43.6 % corresponde al período 2001-2019 y el restante 54.7 % a los años de fabricación 2000 y antes. El parque vehicular dominicano es longevo en formación y en propiedad: el 95.2 % de las unidades registradas tiene más de siete años.