Santo Domingo.– La crisis del Covid-19 ha resultado en una caída de la economía que, junto a las medidas fiscales implementadas para apoyar a las empresas, hogares, y a los trabajadores, han implicado adiciones presupuestarias que podrían colocar el nivel de deuda en 68.1 % del PIB a final de 2020.
Así calcula el Banco Central de República Dominicana (BCRD) en un artículo publicado en “Página Abierta”, en el que explica que en el país no es la primera vez que una crisis provoca un aumento en el nivel de endeudamiento. Sostiene que la deuda pública consolidada (DPC) alcanzó su máximo histórico de 83 % del PIB en 1987, en un entorno de crisis económica que afectó toda Latinoamérica. Luego de una importante reducción, como fruto de la expansión económica de la década de 1990, la crisis financiera dominicana hace que la deuda pública incremente nuevamente desde 21.9 % del PIB en 2002 hasta 46.9 % del PIB en 2004.
Destacó, sin embargo que pesar de esta situación, las tres principales agencias calificadoras mundiales –que son Fitch Ratings, Moody’s y Standard & Poor’s- han decidido mantener la calificación crediticia de la deuda soberana dominicana. “La decisión de estas agencias no es fortuita y está basada en la fortaleza de los fundamentos macroeconómicos de la economía dominicana, los cuales atribuyen, entre otras cosas, a la diversificación de los ingresos externos y su menor concentración con relación a otras economías dependientes del turismo” (Fitch Ratings, p. 3); a la resiliencia económica y el dinamismo económico mostrado durante la última década” (Standard & Poors, p. 2)”, dice el órgano emisor. Y agrega que “Todo esto, permite pronosticar que el país mantendrá “un crecimiento estable—en torno al potencial—para el periodo 2021-2022, similar al mostrado en años recientes (Moody’s, p. 2)”.
De otro lado, dijo que pocos temas en economía atraen más discusión entre economistas, empresarios y la opinión pública en general, que el endeudamiento de los gobiernos, y más en la República Dominicana. “Este tema toma ahora aún más relevancia debido a la situación creada por la crisis pandémica del Covid-19, que unida a la pérdida de ingresos fiscales con la necesidad incrementar el gasto público para apoyar la economía, han provocado un aumento del endeudamiento en todos los países. Por ejemplo, acorde a las proyecciones del pasado mes de octubre del Fondo Monetario Internacional (FMI), la deuda pública global alcanzará 98.7 % del producto interno bruto (PIB) mundial en 2020, cifra que representa un incremento nada trivial de 15.7 puntos porcentuales con relación al nivel del año pasado. Por supuesto, la distribución del endeudamiento es remotamente distinta entre economías avanzadas y emergentes, cuyos niveles se esperan que alcancen 123.9 % del PIB y 62.5 % del PIB, respectivamente, este año”, sostuvo.
Indicó que “sin lugar a dudas, el impulso fiscal requerirá de mayores ingresos, de financiamiento y de la reducción de gastos que puedan considerarse innecesarios, especialmente si se contempla estabilizar el nivel de endeudamiento, al menos en el mediano o largo plazo. Agregó que estabilizar la relación Deuda/PIB en torno al 70 %, el Gobierno requiere de un balance primario consolidado de 1.8 % del PIB en el largo plazo. Mientras que, para colocar el nivel de endeudamiento en una trayectoria descendente en el largo plazo, en 60 % del PIB, el balance primario podría rondar entre 2.0 % y 2.3 % del PIB. Para alcanzar un nivel de deuda de 50 % del PIB, similar al observado antes de la crisis pandémica, en un periodo de 25 años, se podría optar por un balance primario de 2.4 % del PIB.