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Propuestas de gravar alimentos y bebidas, un potencial  impacto en las viviendas y cambios en la renta alarman

En el proyecto de reforma fiscal que ha presentado el Ejecutivo hay temas que parecen ser bastante odiosos y no porque a la gente se le antoje de que sea así, sino por la forma como estos afectarían a personas, empresas y sectores.

La resistencia surgida parece estar sustentada, dado que implica una serie de nuevos impuestos y modificaciones a los existentes que impactan a la población en su vida cotidiana. Uno de los aspectos más polémicos –el primero es quizás el de los alimentos- se refiere al impuesto a las bebidas azucaradas, estipulado en el artículo 375 bis. Este impuesto se aplicará en función del nivel de azúcar añadido y afectará a una variedad de productos que antes no tenían este gravamen.

Se incluirán las bebidas energizantes y deportivas, así como los zumos y néctares que contengan azúcar. Puntualmente: Jugos de frutas u otros frutos (incluido el mosto de uva y el agua de coco) o de hortalizas, sin fermentar y sin adición de alcohol, incluso con adición de azúcar u otro edulcorante; extractos, esencias y concentrados de café, té o yerba mate y preparaciones a base de estos productos; agua, incluidas el agua mineral y la gaseada, con adición de azúcar u otro edulcorante o aromatizada, y demás bebidas no alcohólicas, entre otras.

La inclusión de estas bebidas bajo el nuevo esquema tributario ha generado un fuerte debate sobre su viabilidad y la carga económica que representa para las familias dominicanas, especialmente para aquellas con un consumo regular de estos productos. Otro punto delicado es la aplicación del Impuesto al Valor Agregado (IVA), que en la legislación actual se llama Impuesto a la Transferencia de Bienes Industrializados y Servicios (Itbis) de 18% sobre alimentos que anteriormente estaban exentos, dejando libres de carga apenas a siete productos básicos: pan, arroz, pollo, leche, huevo, plátano y yuca. No se toma en cuenta que en la dieta básica figura, por ejemplo, la habichuela y el guandul, entre algunos otros rubros que no son un lujo y que serían gravados.

Se teme que este cambio conduzca a un alza de precios en la canasta básica y el acceso a alimentos de los sectores más vulnerables de la población. La reforma tributaria busca ampliar la base imponible, pero se enfrenta al desafío de equilibrar los recaudos con el bienestar social.

Ron, cerveza y vino…

El impuesto específico sobre bebidas alcohólicas, que establece un gravamen de 840 pesos por litro de alcohol absoluto, también ha suscitado reacciones adversas, entre ellas de la Asociación Dominicana de Productores de Ron, que no se anduvo con rodeos al explicar lo golpeada que está la industria.

Este nuevo impuesto afectará a cervezas, vinos y licores, y si bien podría verte en la tónica del pasado, cuando se intentaba desincentivar el consumo de los productos perjudiciales a la salud, también se advierte del riesgo de afectar de forma desproporcionada a una industria que juega un papel clave en la economía nacional, que genera miles de empleos y promueve el desarrollo de una vasta cadena de valor que incluye pequeños comercios.

Viviendas… ¿Y el incentivo?

El proyecto de ley introduce modificaciones al impuesto sobre las viviendas suntuarias y solares urbanos no edificados, estableciendo un impuesto sobre el patrimonio inmobiliario total de las personas físicas. Este impuesto será determinado sobre el valor que establezca la Dirección de Catastro Nacional y aplicará una tasa progresiva, donde las propiedades hasta RD$5,025,380.75 estarán exentas, mientras que se gravará el excedente con un 1%. Este cambio genera inquietud entre los propietarios de viviendas, quienes podrían ver un aumento en su carga fiscal si sus propiedades son valoradas por encima de este umbral.

El proyecto especifica que los propietarios mayores de 65 años que cuenten con una vivienda como único patrimonio estarán exentos del impuesto, lo que podría aliviar la carga de algunos jubilados, pero también ha generado críticas sobre su aplicación y los criterios para determinar el valor de las propiedades.

Tan solo como resultado de eliminar la tasa diferenciada de ISR de los fideicomisos de vivienda, el precio de la vivienda aumentaría en aproximadamente 12.5%. A estos aumentos se adicionaría un 18% de aumento por gravar con IVA la venta de viviendas, por la inclusión del IVA al transporte y a bienes no industrializados como los agregados, y por el aumento del 50% a las retenciones realizadas a la mano de obra. Es decir que esta reforma fiscal resultaría en un aumento total del precio vivienda mayor al 30%. La advertencia la hicieron ayer los representantes del Sector Unido de la Construcción. En un encuentro conjunto, el sector dijo que está  altamente preocupado por el retroceso de décadas que podría generar este proyecto fiscal en el ramo vivienda, particularmente en el acceso a un techo asequible.

La reforma incluye la implementación de impuestos para las mercancías categorizadas como “envíos de bajo valor” (compras por internet le llama la gente), es decir, aquellas cuyo valor no exceda los 200 dólares. Si el proyecto se convirtiera en ley, se les aplicará el Impuesto Selectivo al Consumo y el IVA. 

Otro del paquete: El artículo 296 del proyecto de reforma  establece la tasa del Impuesto sobre la Renta para las personas físicas residentes o domiciliadas en República Dominicana, aplicando una escala progresiva sobre la renta neta gravable del ejercicio fiscal.

En este esquema, las personas que obtienen ingresos anuales de hasta RD$416,220.00 están exentas de impuestos. Para aquellos que superan esta cantidad, el impuesto se aplica de la siguiente manera: se grava al 15% sobre la porción de ingresos que exceda RD$416,220.01 hasta RD$624,329.00; al 20% sobre la parte que va de RD$624,329.01 hasta RD$867,123.00; al 25% sobre los ingresos que oscilen entre RD$867,123.01 y RD$2,400,000.00; y finalmente, al 27% sobre cualquier ingreso que supere los RD$2,400,000.01. En la iniciativa de reforma fiscal se destaca que esta escala se ajustaría anualmente en función de la inflación acumulada del año anterior, según los datos publicados por el Banco Central de República Dominicana.

Desregulación de zonas francas

En cuanto a las zonas francas, la reforma propone cambios que afectan a las empresas que operan bajo este régimen, eliminando exenciones fiscales que anteriormente les otorgaban ventajas competitivas. Estas modificaciones podrían desincentivar la inversión en el sector, generando un efecto negativo sobre el empleo y la economía local.

Aba hablará en vistas públicas

Pero adelanta la defensa de la inclusión financiera

La Asociación de Bancos Múltiples de la República Dominicana (ABA) informó que se encuentra en un proceso de evaluación del impacto que tendrá en el quehacer bancario la propuesta de ley de modernización fiscal y adelantó que su postura será de defensa de los ahorrantes y el fomento de la inclusión financiera. La ABA precisó que expondrá las conclusiones y argumentaciones técnicas elaboradas por expertos legales, de finanzas y fiscales de la banca, en las vistas públicas que han anunciado las cámaras legislativas.

Industriales

La Asociación de Industrias (AIRD) dice que eliminar el artículo 50 de la Ley de Proindustria representa una amenaza.

La comida no…

El Observatorio Nacional para la Protección del Consumidor (Onpeco) se opone a que sean gravados los alimentos.

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