Fabienni Herrera ha seguido el camino de una familia de comerciantes; es propietaria de una empresa de repostería
A Fabienni Herrera la elaboración de productos dulces le atrajo desde pequeña. Comenzó haciendo algunos y llevándolos a sus amiguitas a la escuela como regalo. Para entonces en su cabeza la palabra negocio no se había concebido. Era simplemente un pasatiempo o hobby en la casa.
Años después, Fabienni es la propietaria de una pequeña empresa de repostería llamada Little Desserts, que significa pequeños postres. “Vengo de una familia de banilejos y tú sabes que los banilejos tienen fama de negociantes”, le dice la emprendedora al equipo de elCaribe que le visitó, acogiendo una sugerencia de una persona que conoce su trayectoria. Son las 10:30 de la mañana y a esa hora en la repostería la actividad es intensa.
El padre de Fabienni siempre ha tenido empresas, fue el primer franquiciatario (dueño de una franquicia) de Helados Bon. Y su abuelo fue dueño de una ferretería que adquirió fama en la provincia Peravia.
“Podría decirte que esto empezó cuando yo le llevaba cositas dulces a mis amigas, pero luego empezaron a solicitarme para los cumpleaños, para alguna actividad que tendrían en la casa y otras ocasiones. El negocio empezó como el que no quiere la cosa, sin yo buscarlo”, rememora con orgullo.
Fabienni explica que cuando empezaron personas extrañas a pedirle bizcochos y dulces decidió cobrar por eso. “Empecé a decirles a las personas que me llevaran los materiales. Luego que me casé mi esposo me dijo que el negocio no podía seguir en la casa porque la gente no respetaba horario ni nada. Se me aparecían a cualquier hora. Empezamos a buscar local. Primero estuvimos en la calle José Amado Soler, en un local pequeño y ahí la gente nos fue llevando de cosas pequeñas a hacer bizcochos. Nos metimos en el mundo de los bizcochos… llegaron los bizcochos de cumpleaños, los bizcochos de boda y el negocio fue creciendo hasta donde estamos hoy. Tenemos local propio”, sostiene.
El negocio está ubicado en la calle Los Cerezos número 8, en la urbanización Carmelita, Los Prados, Distrito Nacional. No es un lugar a la vista de la gente, porque su ubicación no está en una calle céntrica. Para llegar a los clientes y que los clientes le lleguen, Fabienni se vale mucho de las redes sociales. Se le ubica como littledesserts.
“La mayoría de los clientes me llegan por referencias, de alguien a quien le elaboré un bizcocho, dulces, algún ponche o algunos de los muchos otros productos que tengo aquí”, asegura.
Y agrega: “Como damos un buen servicio, en cada actividad la gente pregunta de quién son esos dulces o esos bizcochos (…) ese trabajo. La mayoría nos llega así”.
Fabienni compra localmente la materia prima. A inicios del negocio (ya formalizado) solo eran tres empleados; actualmente son ocho. Así como ha aumentado la variedad de productos ha ido aumentando la clientela.
Si se cuenta desde que Fabienni decidió que los dulces y bizcochos que hacía fueran vendidos, la empresa tiene 15 años. Si se cuenta a partir de la apertura de un local, entonces son ocho años. “Debo decirte que hace apenas cuatro años dejé de trabajar, como empleada en otros lugares y que en este local apenas llevo cuatro meses”, explica. Según la empresaria, lo que la diferencia de otras reposterías, aparte del servicio, es que no ofrece nada artificial. “Todo es natural, como si fuera hecho en la casa”, dice.
Sinergia
El esposo de Fabienni la apoya si hay gran actividad o fechas especiales. “Él es como la parte de pensamiento lógico”, dice ella.