Herman Despradel ha realizado importantes aportes al Plan Nacional de la Fortificación del Arroz; su empresa genera empleos en Sánchez Ramírez

Herman Despradel Fonck es un emprendedor que ha sabido inyectar valor al arroz. Conoce de la importancia que tiene el cereal más consumido en República Dominicana, desde la raíz, porque además de producirlo, lleva años ligado a la parte del procesamiento o molienda.

Su padre comenzó con la finca arrocera Las Canas en el 1956, un tiempo en el que Herman salió a estudiar al extranjero, donde realizó una especialidad en cereales. En 1974 se abrió la Procesadora de Arroz Yuna, una empresa que constituye una referencia en la provincia Sánchez Ramírez, y que Herman ha sabido llevar por buen camino, situándola en la línea de la modernidad. Está ubicada en El Limoncito, Angelina.

“Como todo alimento de primera necesidad, el arroz se ha ido tecnificando. En el 74 existía una molinería rudimentaria, con pilones de piedras y descascaradores rudimentarios, pero la empresa ha ido avanzando, especialmente, en los últimos cuatro años”, le dice el empresario al equipo de elCaribe que le visitó.
El país es signatario desde hace tres años de un programa de mejoramiento de los alimentos de la canasta alimenticia. Mejorar esos alimentos significa fortificarlos o vitaminarlos. “Y eso es lo que estamos haciendo con el arroz”, asegura, en una conversación que se da a media mañana.

 

Despradel, de 68 años y conocedor probado del tema, asegura que hay naciones, como China Popular, donde todo el arroz debe ser vitaminado, lo mismo que la leche, el azúcar y la harina de trigo, entre otros. “Tenemos cinco años fortificando el arroz Yuna. Le ponemos cinco tipos de vitaminas, cuatro tipos de minerales y lo enviamos al mercado”, explica el emprendedor. Y aclara que no se fortifica todo el arroz que comercializa la industria, sino los arroces de consumo masivo, como el selecto y el premium.

¿Por qué se hace la fortificación? Pregunta este diario. “Porque lamentablemente el planeta se queda cada vez con menos agua y menos tierra de cultivo y vocación agrícola, que se van al área de urbanizaciones y construcciones de casas. Eso quiere decir que debemos mejorar la calidad de los alimentos. Para vitaminar el arroz, Despradel utiliza varios métodos. Uno de ellos es a través de una gragea, que viene desde su lugar de origen con todas las vitaminas adentro. En función de la cantidad de arroz, se agrega la gragea. Otra forma de fortificar es agregando las vitaminas en polvo en la caída del arroz, de manera que en el proceso, es decir, en el molino, ambos (arroz y vitaminas) se mezclen para que el consumidor final resulte beneficiado. Despradel tiene experiencia en el tema y partiendo de eso, asegura que “cuando usted lava el arroz le quita las vitaminas que tiene agregadas”. En adición a Procesadora de Arroz Yuna, hay cuatro empresas que vitaminan el arroz y otros negocios de molinería que le compran a Despradel para luego inyectarlo o agregarlo al arroz de despacho que poseen. De la capacidad que tiene Herman Despradel para emprender hablaba con orgullo el genetista taiwanés (fallecido) Yin Tieh Hsieh, considerado padre del arroz en República Dominicana.

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Un trabajo realizado con la inteligencia y cálculos

Hace cinco años Despradel se unió al productor arrocero Oliverio Espaillat Bencosme, expresidente de Fenarroz, para fundir la finca y trabajarla en un solo lote. “Lo hicimos porque con 500 tareas –como tiene nuestra empresa- usted no puede comprar tractores, avión, cortadora, sembradora automática… nada de eso, ni tecnología. Pero cuando usted se une y puede hacer un grupo de siete u ocho mil tareas, entonces usted puede hacer inversiones en tecnología y eso fue lo que buscamos. Cada quien es dueño de su parcela, pero la manejamos en conjunto, como un solo bloque”, asegura.

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