La guerra comercial que mantienen las más grandes economías mundiales y sus secuelas en el mercado de divisas ponen en alerta a los países emergentes, incluyendo la República Dominicana, debido a los retos y oportunidades que puedan presentarse.
La afirmación la hace el Banco Central de la República Dominicana (BCRD), quien advierte que “en el corto plazo, la depreciación del yuan brinda una ventaja competitiva a las exportaciones chinas con respecto a otros países emergentes, pues se necesitan menos dólares para adquirir productos e insumos chinos, lo que se magnifica si tomamos en cuenta que China es el mayor exportador mundial”. Destaca que la República Dominicana se ha especializado en segmentos de exportación que permiten un mejor manejo de los riesgos que presenta la devaluación del yuan. “Por un lado, las zonas francas dominicanas tienen un acceso envidiable al mercado de EUA debido a las facilidades que brinda el acuerdo comercial DR-CAFTA”, dice el BCRD en un artículo de su Departamento Internacional titulado “Guerra comercial y de monedas y sus potenciales efectos en las economías emergentes”. Resalta que “a la vez, China no es un competidor directo de otros productos y servicios dominicanos importantes, como el turismo, el cacao y banano orgánico, entre otros. Más aún, el abaratamiento de las importaciones de productos e insumos chinos luego de la depreciación del yuan puede incidir en acelerar la actividad comercial y manufacturera local”.
Según el BCRD, “la República Dominicana, por el hecho de contar con un acuerdo de libre comercio con los EUA, podría convertirse en un punto atractivo para empresas tanto chinas como estadounidenses que busquen mano de obra competitiva, con experiencia en la manufactura, y dentro de un ambiente económico de estabilidad y seguridad jurídica, para exportar sus productos a Norteamérica. “Además, en este entorno de incertidumbre en torno a tensiones comerciales y las expectativas de crecimiento a nivel global, las economías emergentes enfrentan el desafío de aprovechar los flujos de capitales de inversionistas que se tornan cada vez más selectivos.