Es muy probable que la ganadería futura de República Dominicana dependa fundamentalmente de razas como la Gyr y la Girolando, vacas que son lecheras, mientras los machos pueden contribuir a la generación de carne.
Por lo menos eso pronostican expertos ganaderos. Y lo hacen con sobrada razón, porque se trata de gente que ha estado envuelta en la cría y multiplicación de razas diversas por décadas. La ganadería especializada en carne en el país es poca y la mayor parte de la carne que se produce viene de fincas lecheras, que ordeñan y crían los machos.
La raza lechera que tenía el país era esencialmente de origen europeo (Holstein, Pardo Suizo y Jersey), pero es probable que las fincas con Pardo Suizo puro no pasen de cinco actualmente, mientras, con Holstein puro hay dos fincas y de Jersey puro hay dos. Es decir, que no llegan a diez las fincas de animales puros de esas razas, de acuerdo con los números que maneja el doctor Pablo Contreras, subdirector técnico operativo del Conaleche.
Eso sugiere que República Dominicana tiene más fincas criando Gyr Lechero puro que Holstein, lo cual es altamente positivo. Una vaca Gyr puede dar entre diez y 15 litros. En el territorio dominicano de las fincas que están haciendo el cruce de Gyr con el hato nativo hay posiblemente más de mil. De ahí y de otras variables parte Pablo Contreras para concluir que en poco tiempo el ganado que se va a producir en el país procederá de ganado cruzado con Gyr o Guzerat Lechero. A este territorio se trajo hace años cerca de un centenar de toros Gyr, como parte de un total de 147 animales de esa raza importada, que incluía hembras.
Aunque esos animales se trajeron desde México, su origen era brasileño, tomando en cuenta que varios criadores mexicanos a principio de la década del 2000 adquirieron embriones desde Brasil y eso hace posible que la nación azteca tenga esa raza.
En ese viaje, en el que República Dominicana importó los animales Gyr, se trajeron Freisian Sahiwal, que es un híbrido de Sahiwal (un cebuíno lechero), y el Holstein neozelandés.
Después de eso se han hecho constantes importaciones de embriones de Brasil y se trae constantemente semen Gyr y Girolando. Esas razas están jugando un papel muy importante en la producción de leche en el país. Los toros que se trajeron se diseminaron a todas las regiones de la geografía nacional y aparte de eso se ha seguido diseminando e importando embriones.
Esos embriones los han traído tanto el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (Idiaf), así como ganaderos privados. De hecho, en el país se formó la Asociación de Criadores de Ganado Gyr Lechero y se está formando la Asociación de Ganado Girolando. A nivel local hay varios centros genéticos que trabajan con la raza Gyr.
En materia ganadera, en general, los tres tipos de animales más importantes introducidos al país en los últimos años han sido el Gyr Lechera, el Guzerat Lechero y la AFS (Australian Freisian Sahiwal).
Con ellas se ha encaminado un proceso de reproducción que se ha traducido en resultados positivos y en una mayor producción de leche. Si bien el Idiaf tiene su laboratorio de genética, comercialmente no ha arrancado. Ha hecho trabajos a modo de ensayos pero todavía no tiene una estructura comercial. Sin embargo, hay otro laboratorio de fertilización in vitro, llamado Embriodom, perteneciente al grupo Mallén, que ha hecho un gran trabajo en la reproducción del Gyr Lechero.
Trayecto seguido a través de la fertilización in vitro
Embriodom es una empresa que desde el año 2014 viene trabajando la biotecnología. Es el primer laboratorio del Caribe que se desarrolló aquí sobre fertilización in vitro en un laboratorio. “El país necesita cada día asumir esa tecnología para que el ganado siga creciendo, dijo en una entrevista con la Revista 110 en diciembre la presidenta de Embridom, Maité Mallen. Los datos que ofreció en ese diálogo indican que aquí se tiene en promedio mil preñeces al año con procesos embrionarios.
“La producción de embriones permite que se dé un salto de mucho mayor velocidad que la tradicional monta en República Dominicana”, dijo.
Según la Organización de la Salud (OMS) el consumo per cápita de leche por año debería ser alrededor de 150 litros. Sin embargo, en el caso dominicano, solo se alcanza los 65 y 70 litros por persona. Eso quiere decir que el país está a un 50 % de lo que debiera ser, partiendo de las recomendaciones. En concreto, lo que se hace tanto desde el ámbito público, como del privado busca que el problema del bajo consumo de leche que existente entre los dominicanos pueda ser resuelto con animales que se adaptan a las condiciones locales y que se pueda producir más leche sin problema.