Alondra Tahiris es una emprendedora de República Dominicana que ha sabido transformar su negocio de bordados personalizados, y elevó sus ganancias
Alondra Tahiris Mejía es una trabajadora probada. Está acostumbrada a producir y su capacidad para enfrentar los retos de la vida la ha llevado a destacarse como una emprendedora excepcional. Es un tema que no entra en discusión. Originaria de San Cristóbal, Alondra es propietaria de un negocio especializado en bordados y personalización de artículos, un emprendimiento que combina el arte y la cultura en cada pieza.
Se le considera una persona optimista, siempre dispuesta a transitar por el camino del éxito. Es una mujer que piensa constantemente en el futuro, no solo por su beneficio personal, sino también por el de su familia, especialmente por el de su hijo de seis años.
Su preocupación por ser un ejemplo positivo para él la ha motivado a superar numerosos desafíos. Antes de participar en el programa Mujeres SuperEmprendedoras -de Supérate- enfrentó críticas de personas que consideraban innecesario tomar capacitaciones. Sin embargo, Alondra creyó en su potencial y demostró que esas herramientas podían ser la clave de su vida.
“Todas las mujeres, sin importar el estatus social o nivel económico, deberían participar de SuperEmprendedoras”, comenta.
Antes de ingresar al programa, Alondra confiesa que era “una persona muy dejada”, que postergaba las cosas indefinidamente. Este comportamiento, según ella, creaba un círculo vicioso de inacción. Pero todo cambió cuando inició los talleres. Uno de los momentos más significativos fue el taller “Conociéndome”, que impactó profundamente su vida personal. Desde entonces, afirma que su familia vive en un ambiente más feliz y armonioso.
En el área económica, Alondra destaca el impacto del módulo de “Educación Financiera”. Ese taller no solo le enseñó a controlar las entradas y salidas de dinero (algo así como el dinero que se fugaba sin que pudiera controlarlo), sino también a distinguir las ganancias reales. “Antes, mezclaba el dinero personal con el del negocio y me perdía. Ahora, puedo identificar las ganancias y el negocio aumentó un 300 por ciento”, asegura. Este crecimiento financiero le ha permitido no solo fortalecer su economía familiar, sino también generar un impacto positivo en su comunidad.
Su clientela está compuesta por familias que buscan artículos personalizados, principalmente para bebés. Gracias a la calidad y el detalle de sus productos, ha logrado fidelizar a sus clientes y expandir su alcance.
Este 2024, su esfuerzo fue reconocido oficialmente al ser galardonada como Mujer Supérate en una ceremonia presidida por el mandatario Luis Abinader y Gloria Reyes, directora de Supérate. Este reconocimiento destacó su impacto en la comunidad y su rol como ejemplo de superación y emprendimiento.
Alondra atribuye gran parte de su éxito a las herramientas suministradas por Mujeres SuperEmprendedoras. “Esos talleres estuvieron conmigo desde el inicio, primero en el área personal, para conocerme a mí misma y también sobre el manejo y relación con las demás personas; eso te empieza a mejorar la vida”, explica en la conversación.
Este programa al que se refiere, que es parte de la estrategia de Supérate, ha demostrado ser una herramienta esencial para combatir la pobreza, al proporcionar recursos y conocimientos que promuevan el desarrollo integral de sus participantes.
Parte del conglomerado
En la República Dominicana, más del 60% de los microemprendimientos están liderados por mujeres.
Muchas de ellas enfrentan barreras como el acceso limitado a financiamiento y formación. Programas como Mujeres SuperEmprendedoras han llenado un vacío histórico al ofrecer apoyo integral, desde educación emocional hasta herramientas de negocio. Para Alondra, estos talleres no solo representaron una oportunidad de crecimiento personal y profesional, sino también una transformación en su manera de enfrentar la vida.
El programa Supérate, creado mediante el decreto 377-21, es el principal programa de protección social del gobierno dominicano. A través de acciones como transferencias monetarias condicionadas, acompañamiento socioeducativo y vinculación con servicios del Estado, trabaja para reducir la pobreza y mejorar la calidad de vida de los hogares más vulnerables. Alondra es un claro ejemplo del impacto positivo de esta iniciativa.
El reconocimiento como Mujer Supérate marcó un punto luminoso en la vida de Alondra. Más allá del galardón, este logro representa una motivación constante para continuar innovando y expandir su negocio. Su dedicación y esfuerzo han trascendido su economía personal, e impactan a su comunidad de manera positiva. Alondra Tahiris es, sin duda, una muestra y evidencia de cómo el esfuerzo, combinado con las oportunidades adecuadas, es vital.