Esta mujer, casada y madre de un hijo, ofrece este tipo de servicio, además de reparación, diseño y fabricación
La tapicería ha sido una actividad históricamente asociada -principalmente- al género masculino, pero no le queda prohibida a damas como Catalina Ramona Vargas.
Para ella ese no es un debate que amerita demasiada importancia; considera más relevante darle una buena terminación a una pieza que está forrando.
Catalina, 48 años, casada y madre de un hijo, ofrece los servicios de tapicería, reparación, diseño y fabricación de muebles para el hogar, realizados de manera artesanal, pero con todo el cuidado del mundo. Llegar al lugar donde está ahora no ha sido fácil y cada día se empeña en echar hacia adelante.
“Enfrenté la pandemia de la mejor manera. Mi clave fue organizarme internamente haciendo inventario de materias primas y haciendo una lista de prioridades, entre los trabajos que debía entregar”, le cuenta la emprendedora mujer al periódico elCaribe.
No siempre el tiempo juega a favor, cuando se ejerce un oficio como el de Catalina, pero ella sabe cómo arreglárselas y “nadar” para cumplir con cada compromiso asumido. Generalmente, entre ebanistas, tapiceros, carpinteros, plomeros y otros, suele haber “mala fama” porque resultan ser incumplidores. Pero a Catalina no se le puede “echar en ese mismo saco”. Es muy cumplidora.
“He sido así hasta ahora, y eso se logra cuando hay disciplina en todo aquello que se realiza, y cuando hay respeto hacia los demás y hacia el tiempo de éstos”, asegura, mientras da el toque pinal a un pedido que pronto entregará.
Para ubicación y contacto
En los peores tiempos (de la pandemia) la tapicera llegó a usar materiales reciclados e insumos que estaban almacenados, para cumplir con la demanda existente. En 2021 fue nominada a los Premios BCIE-Solidarios a la microempresa, en la categoría Creatividad Artesanal. Su negocio está ubicado en la Calle Luperón # 17, Los Trinitarios, Bonao, Monseñor Nouel. Se le puede contactar por vía de los teléfonos 829-723-1818/829-984-4756.
A Catalina le sobra entusiasmo y es buena para conversar, especialmente si las pláticas versan sobre su negocio y planes y aspiraciones de expansión. “Desarrollé la oferta de atención por cita, lo que me permitió conocer otras necesidades de mis clientes, y de ahí surgió ofrecer los servicios de redecoración y reparación de muebles para los hogares. El uso del WhatsApp me dio buenos resultados”, rememora.
Tiene sus herramientas y algunos equipos, como el compresor para pintar, grapadora de aire y el despolvador.
Pero también es muy ducha en el uso y manejo del taladro para perforar y atornillar, así como con la pulidora y la guillotina que usa para cortar piezas gruesas. La fajadora dama tiene sumo cuidado en los detalles y recicla todo para ayudar con el medio ambiente.
Catalina tiene una mirada ampliada respecto a su futuro. Entre sus planes está sistematizar el proceso de producción. “para ello necesitaré contratar por lo menos tres empleados más y de esta manera podré suplir la demanda de trabajo que me está entrando”, reconoce.
Procurará, adicionalmente, captar nuevos cliente. “Estoy acostumbrada a madrugar, pertenezco a una congregación cristiana y me caracterizo por ser solidaria con los vecinos, especialmente con los enfermos”, expone.
Colabora con la junta de vecinos en jornadas de limpieza y recogida de basura y aprovecha el tiempo para impartir talleres y explicar a los jóvenes la importancia del saneamiento del ambiente.
Visión
Catalina considera que su mayor logro es haberse capacitado en las técnicas, manejo de equipos y de herramientas.
Respaldo
Catalina Ramona Vargas se ayudó con un financiamiento que obtuvo de la Fundación Dominicana de Desarrollo.