Un problema presente en la agropecuaria, que ameritan mejoras, tiene que ver con el poco acceso o falta de conocimiento que tienen los productores sobre la existencia de la Aseguradora Agropecuaria Dominicana (Agrodosa), empresa que está para cubrir pérdidas al productor frente a eventos inesperados.

Es un elemento –aunque no el único- que resalta en distintos estudios realizados en República Dominicana, especialmente por lo cerrada que parece ser la institución en la parte de divulgación y de contacto hacia afuera, incluyendo con el propio sector productivo.

Eso ha sido comprobado por el periódico elCaribe, que lleva nueve meses intentando obtener información sobre el trabajo que allí se realiza y en procura de conocer el radio de acción del seguro agropecuario en República Dominicana. Las gestiones, por diversas vías, no han dado frutos.

“Muchos productores no saben lo que es Agrodosa en el país”, aseguran cultivadores de musáceas (plátano y guineo) citados en levantamientos realizados, entre ellos Juan Encarnación, de la provincia Sánchez Ramírez.

Se enumeran, además, cuando en general se aborda sobre los problemas del agro, los cambios en los patrones climáticos del país, presentando periodos de sequía cada vez más extremos y extensos; así como inundaciones y el aspecto de mercado, que si bien se le está dando atención, amerita de refuerzo.

En República Dominicana cinco provincias concentran el 29 % de las unidades productivas pecuarias. Se trata de Monte Plata con 10,422 unidades (9 %); San Juan con 6,947, es decir 6 %; Monte Cristi (4.9 %), Santiago Rodríguez con un 5.4 % y Dajabón, con 4,706 unidades equivalentes a 4.1 %. Esto, partiendo de datos del Precenso Nacional Agropecuario 2015, elaborado y presentado por la Oficina Nacional de Estadística y el Ministerio de Agricultura, con auspicios de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y de la Unión Europea.

Las provincias La Romana y Pedernales representan menos de un 1 % del total de unidades productivas pecuarias. Del total de unidades que realiza actividad pecuaria, 47 mil 916 unidades están dedicadas principalmente a la crianza de ganado de res, incluido en el grupo de animales denominado como grandes rumiantes, que representan el 41.5 % del total de unidades productivas pecuarias.

Vuelo de aves y el BID

Las categorías de aves de corral y crianza de cerdos o porcinos, ocupa el segundo y tercer lugar con proporciones de 2.7 % y 17.5 %, respectivamente.

El levantamiento reflejó que la crianza de peces y camarones que en los últimos años está tomando mucho auge en el país, registró unas 13 mil 043 unidades productivas que se dedican principalmente a esta actividad, ocupando el cuarto lugar con 11.3 % del total de unidades productivas dedicadas a las actividades pecuarias.

Entre los cultivos de peces más reportados en estas categorías se encuentran las tilapias, camarones, entre otros. Un 7 % de las unidades productivas pecuarias que se dedican a la crianza de pequeños rumiantes, equinos, insectos y otros animales, aglutinan menos de 9 mil unidades productivas.

Lo que ha estado ocurriendo con la pandemia de covid-d-19 ha tenido y tendrá efectos en el desarrollo del sector agroalimentario y en las cadenas de valor del mundo y en el comercio internacional, han indicado entendidos en la materia y organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Viven en zona rural, pero trabajan temas urbanos

Diversas investigaciones y literaturas revisadas para este escrito sugieren que en los últimos tiempos se ha modificado el mapa social de las zonas rurales. Un elemento que se ha estado produciendo y que llama a análisis es que la mayor parte de la población que reside en el medio rural desarrolla actividades no relacionadas con la agropecuaria, sino de carácter urbano, principalmente servicios de tipo informal.

Se cita, además, el grado de marginalidad y pobreza existentes por falta de política territorial que permita utilizar mejor los recursos naturales, mejorar el mercado y tenencia de la tierra, que ayude al diseño de políticas públicas que garanticen la sostenibilidad de las actividades agropecuarias.

“La paradoja de la crisis de covid, con sus confinamientos y disrupciones a la producción es que, pese a que ha tenido enormes repercusiones adversas en el comercio, también ha proporcionado nuevas oportunidades para que América Latina y el Caribe aumenten su participación en las cadenas globales de valor”, explica el BID.

Lo señala en el estudio “Cómo impulsar las cadenas de valor en un mundo afectado por la pandemia”. Y deja claro que la crisis sanitaria también puede ser una oportunidad para crecer.

Posted in Destacado, Lo más leído, PaísEtiquetas

Más de destacado

Más leídas de destacado

Las Más leídas