Un desajuste, provocado por una subida brusca del “oro negro”, podría generar diversas complicaciones económicas
El precio del petróleo es un factor crucial que afecta a las economías de todo el mundo, y República Dominicana no es la excepción. El Gobierno de la nación había diseñado el Presupuesto General del Estado del año 2023 con un precio promedio del barril de crudo de US$89.10.
Si bien no se ha llegado a esa frontera, se estuvo “peligrosamente” cerca de ella.
El pasado martes el de Texas, de referencia para el caso dominicano, cerró en 81.37 dólares el barril, debido a un dólar más fuerte, y ayer miércoles, afortunadamente, finalizó la jornada en 79.49 dólares el barril.
El pasado julio fue el mes más fuerte de ganancias para el petróleo de Texas desde enero de 2022. Un desajuste, provocado por una subida brusca del llamado “oro negro” podría generar diversas complicaciones económicas y de otro tipo para el país caribeño, afectaría su crecimiento, inflación, balances fiscales, sector externo y más.
Con un precio del petróleo superior al planificado en el presupuesto, el Gobierno dominicano podría enfrentar una presión significativa sobre sus finanzas públicas.
La dependencia del país de la importación de petróleo implica que un aumento en el precio internacional del barril podría traducirse en mayores gastos para el Estado, debido a que se requerirá destinar más recursos para subsidiar el combustible y mantener estables los precios locales.
El encarecimiento del petróleo podría elevar los costos de producción y transporte, lo que, a su vez, afectaría los precios al consumidor. Un incremento en la inflación resultante de precios más altos de bienes y servicios podría poner en aprietos a los hogares dominicanos y reducir su capacidad de compra, e impactaría negativamente en el nivel de vida de la población.
El aumento en el precio del petróleo también puede afectar el crecimiento económico de la República Dominicana. Si los costos de producción se incrementan, las empresas podrían enfrentar dificultades para mantener sus márgenes de beneficio y, en algunos casos, podrían verse obligadas a reducir su producción, lo que contribuiría a una desaceleración de la economía nacional.
Balanza comercial y deuda
República Dominicana, al ser un país importador neto de petróleo, vería un aumento en su déficit comercial si el precio de éste sigue creciendo.
La balanza comercial es un concepto económico que se refiere a la diferencia entre el valor de las exportaciones y el valor de las importaciones de bienes y servicios de un país durante un período específico, generalmente un año.
Es una parte fundamental de la cuenta corriente de la balanza de pagos de un país y es uno de los indicadores clave que mide la relación comercial de un país con el resto del mundo.
Cuando el valor de las exportaciones de bienes y servicios de un país es mayor que el valor de las importaciones, se dice que el país tiene un superávit comercial. Si el valor de las importaciones es mayor que el de las exportaciones, se dice que el país tiene un déficit comercial.
Si el Gobierno decide mantener los subsidios al combustible para mitigar el impacto en los precios locales, esto podría generar un mayor endeudamiento público para financiar estos gastos adicionales. Un aumento en la deuda pública podría tener implicaciones en la sostenibilidad fiscal y en la capacidad del país para hacer frente a sus obligaciones financieras.
Frente a la volatilidad del mercado petrolero, algunos entendidos en la materia aconsejan que República Dominicana considere invertir más en fuentes de energía renovable y diversificar más sus fuentes de suministro energético.
La transición hacia energías limpias y sostenibles puede ayudar al país a reducir mucho más su dependencia del petróleo y mitigar los impactos económicos futuros de las fluctuaciones en los precios del crudo.
En América Latina, varios países dependen significativamente de las importaciones de petróleo para satisfacer sus necesidades energéticas y de transporte.
Un aumento en el precio del producto internacional puede impactar negativamente en sus economías, especialmente si no tienen gran reservas de divisas para compensar los mayores costos.
La evolución de los precios del petróleo a nivel mundial está influenciada por múltiples factores, incluyendo la oferta y la demanda global, la geopolítica, las políticas de los principales productores y los eventos climáticos extremos.
Hay referencias de naciones de América Latina que han enfrentado problemas debido al alza en la cotización del crudo. A pesar de ser un país rico en petróleo, Venezuela ha enfrentado una grave crisis económica en los últimos años, agravada por la caída de los precios del petróleo en 2014. Antes de esa crisis, Venezuela había basado su presupuesto en precios del petróleo mucho más altos, y la caída significativa de los ingresos petroleros llevó a una contracción económica, alta inflación y escasez de bienes básicos.
Una mirada a países de la región sirve de ejemplo
En 2020, Ecuador tuvo que enfrentar desafíos económicos debido al colapso de los precios del petróleo provocado por la pandemia de covid. El país sufrió una disminución de ingresos, lo que llevó a recortes en el gasto público y dificultades para cumplir con sus obligaciones financieras.
La dependencia de las importaciones de petróleo ha sido un desafío para Argentina en el pasado. Los aumentos bruscos en los precios del petróleo han afectado negativamente su balanza comercial y su capacidad para mantener la estabilidad macroeconómica.
En 2011, República Dominicana sufrió problemas fiscales y un aumento en su deuda externa debido a la subida de los precios del petróleo. La necesidad de subsidiar los combustibles para mantener los precios internos controlados generó un mayor gasto fiscal y presionó las finanzas. El Instituto Americano del Petróleo informó el martes de una caída de 15 millones de barriles en los inventarios de crudo de EE.UU.