Para 2022 las expectativas positivas se sustentan en el impulso de la inversión privada, mientras el precio del petróleo representa un desafío
República Dominicana cerró el año 2020 con un retroceso del crecimiento que logró en su economía en los últimos cinco lustros, por causa de la pandemia de covid-19. Fue un duro revés para entonces.
El ritmo de crecimiento de la actividad económica en ese año, medido a través del producto interno bruto (PIB) real, fue de -6.7 %, el peor desempeño desde la crisis financiera del año 2003 (-1.3 %). Sin embargo, el país ha sabido sobreponerse y todo indica que cerrará con una expansión económica superior al 10 %.
No es cualquier cosa, si se toma en cuenta el azote que sufrieron y tuvieron que aguantar las distintas actividades económicas y productivas desde el inicio de la crisis sanitaria por el virus y las medidas que han debido tomarse para transitar nuevamente la senda del crecimiento, hasta colocar a esta nación puntera en América Latina.
Las perspectivas se mantienen positivas, incluso para 2022, impulsadas, por ejemplo, por la recuperación de la inversión de origen privado (en habitaciones hoteleras, proyectos habitacionales y otros) y la inversión pública y por el curso que lleva el turismo, las zonas francas y la construcción, entre otros.
El turismo, visto a través de hoteles, bares y restaurantes creció 36.1 % entre enero y octubre de este año, versus el mismo período de 2020, un año en que el país estuvo cerrado varios meses, con cero visitas. La tendencia positiva ha seguido entre noviembre y lo que va de diciembre. La construcción se elevó 24.9 %; manufactura de zonas francas 21.9 % y transporte y almacenamiento 13.2 %. El comercio creció 11.3 %, y manufactura local 10.9 %. Otros renglones que mide y analiza el Banco Central de República Dominicana (BCRD) también mejoraron.
Los empleos que se perdieron desde el primer trimestre de 2020 han vuelto a recuperarse, de acuerdo con cifras del Ministerio de Trabajo. En febrero 2020 la cantidad de trabajadores formales del sector privado rondaba el 1,518,000 y a septiembre de 2021 el número se elevó hasta 1,524,000.
Mientras, la inversión extranjera directa (IED), se ha mantenido en línea con su promedio histórico. Registró US$2,337.3 millones entre enero-septiembre y se espera que al cierre de año alcance los US$3,000.0 millones.
La entrada de recursos en moneda extranjera ha permitido la acumulación de reservas internacionales, que alcanzaron US$12,504.9 millones al finalizar octubre, equivalentes a 6.3 meses de importaciones y 13.4 % del PIB, por encima de las métricas tradicionales de tres meses de importaciones y 10.0 % del PIB sugeridas por el FMI
Más allá de la IED, otras actividades vinculadas al sector externo mostraron un gran dinamismo. Las exportaciones ascendieron a US$9,199.1 millones en enero-septiembre, a la vez que se recibieron ingresos por turismo por US$3,826.5 millones en ese mismo periodo.
El mayor proveedor de divisas de la economía dominicana fueron las remesas (dinero enviado por dominicanos que viven fuera de este país), que de acuerdo con estadísticas del BCRD, ascendieron a US$9,461.7 millones en noviembre, para un crecimiento interanual de 28.8 % y una expansión de 47.1 % con respecto a 2019. Se espera que al cierre de este año superen los US$10,000 millones.
La recuperación económica –en el caso dominicano- ha sido más rápida de lo previsto en 2021. Pero ese “levantamiento de vuelo” estuvo empujado, en gran medida, por el plan de estímulo monetario puesto en marcha por el BCRD desde el inicio de la pandemia (desde mediados de marzo de 2020). El plan incluyó la reducción de la tasa de política monetaria (TPM, que es una tasa de referencia) en 150 puntos básicos, hasta un mínimo histórico de 3.0 % anual, a la vez que estrechó el corredor de tasas, reduciendo la overnight a 2.5 %.
Las autoridades otorgaron facilidades de liquidez a las entidades financieras por RD$215,000 millones (5.0 % del PIB), quienes a su vez colocaron 92,000 préstamos a empresas y hogares a tasas bajas, en la mayoría de los casos a 8 %.
El Banco Central volvió a elevar la TPM en 50 puntos básicos en noviembre, y lo hizo porque de no reaccionar a tiempo se hubiese podido generar hacia adelante un sobrecalentamiento de la economía y, a su vez, un desbordamiento de las presiones inflacionarias y un desequilibrio macroeconómico. Así lo explicó el gobernador de la entidad, Héctor Valdez Albizu, cuando justificó la medida de mover la tasa de 3.00 a 3.50 %
Una mirada catedrática
“Este año 2021 ha sido un año evidentemente de recuperación importante de la economía dominicana. Quizás ese ha sido el logro más trascendente, esa recuperación económica, producto, en un primer momento de un plan de vacunación interesante”, indica el profesor y economista Antonio Ciriaco Cruz, vicedecano de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), consultado por elCaribe.
Desde su punto de vista, la mejor política económica que tuvo el Gobierno en 2021 fue precisamente ese plan de vacunación, porque ha permitido una reapertura de las actividades económicas y de los negocios”. “Hay que tomar en consideración como elemento importante la cuestión de las remesas que han recibido los dominicanos. Este año posiblemente se reciban más de 10 mil millones de dólares, siendo las remesas quizás el segundo renglón más importante en generación de divisas en la economía dominicana”, apunta el profesor Ciriaco Cruz.
“Es obvio que estos dos elementos han propiciado una mayor demanda agregada, una mayor consumo privado y una mayor inversión privada”, indica.
Plantea que esa recuperación a la que hace referencia, en más de un 90 % se le debe al sector privado. Dijo que el Gobierno ha tenido restricciones con la inversión pública y es obvio que tiene que mejorar ese renglón.
“Hubo una caída de la inversión pública en alrededor de un 47 % y evidentemente en 2022 esa tendencia debe ser revertida”, advierte el catedrático de la universidad primada de América.
Desde su punto de vista, el año entrante habrá una moderación del crecimiento, sin embargo, la economía dominicana seguirá con un crecimiento relativamente alto, si se compara con todo lo proyectado para el resto de América Latina, que va a terminar con una expansión alrededor del 2.5 %. “Sin embargo, yo creo que hay riesgos importantes que tiene que superar esta economía y que evidentemente estarán presentes. El tema de la inflación es un problema preocupante. Este 2021 posiblemente la inflación termine en la vecindad del 8 % (la acumulada), prácticamente el doble de la meta de inflación que se trazó el Gobierno”, advierte.
En el abordaje del tema precio, sostiene que “es obvio que las tendencias y tensiones a nivel internacional y toda la ruptura de la cadena de suministro que ha generado un desacoplamiento entre la demanda y la oferta es lo que ha estado provocando los incrementos de precios a nivel internacional”.
Entiende que eso seguirá en próximo año y si se le suma toda la inflación subyacente, que tiene que ver con la cantidad de estímulos que han dado los gobiernos, queda claro que eso será un riesgo importante que tendrá que enfrentar el Gobierno local. Dijo, sin embargo, que las proyecciones que se han realizado en término de crecimiento económico, indican que República Dominicana alcanzará el siguiente año un aumento en la vecindad del 5.2 y 5.5 %. Será un año en que algunos sectores se habrán recuperado posiblemente del todo.
¿Cómo nos ven los organismos externos?
A mediados de octubre pasado el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó un crecimiento de 9.5 % para la República Dominicana en 2021, en una actualización de sus proyecciones de crecimiento económico a nivel mundial. Ese mismo mes el Banco Mundial (BM) pronosticó que la economía dominicana cerrará 2021 con una expansión de 9.1 %, colocándola en un selecto grupo que incluye a Chile, que subiría 10.6 %; Guyana (21.2 %), Perú 11.3 % y Panamá 9.9 %.
En mayo de este año un informe de BofA Global Research, un servicio de BofA Securities, la división de banca de inversión del Bank of America, calculó que República Dominicana crecerá 10 %.
Para el 2022, se deberá estar atento, y posiblemente preparado para subidas por encima de lo previsto del petróleo, algo que no sería nuevo, tomando en cuenta que en el presupuesto general de 2021 se calculó un precio por barril de 45.50 y –según el corte de ayer- supera los 70 dólares.
En el Presupuesto general de 2022 se asignó una cotización promedio de US$62.7 por barril. El crudo (que para el caso local, la referencia es el de Texas) ha sido la variable presupuestaria más inmanejable para el Gobierno durante el 2021, por el promedio de precio que se estimó y el que finalmente alcanzó el llamado “oro negro”.
De acuerdo con la firma local Ecoanalítica, en 2022 el déficit fiscal volverá al nivel estructural por encima del 3.0 % (proyecta 3.6 %), que será difícil de evitar mientras no se avance en una reforma fiscal integral.