República Dominicana y Estados Unidos tienen un diálogo pendiente, y eso lo han dejado claro tanto el Ministerio de Agricultura local, como los productores de distintos rubros agropecuarios.
Hay preocupaciones por el curso que pueda seguir la producción de arroz, la leche, habichuela, ajo, la carne avícola, la de cerdo y la cebolla, entre otros, con la desgravación arancelaria que contempla el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (DR-Cafta). “El tema es fácil de entender: Los sectores sensibles podrían desaparecer porque en la actualidad no pueden competir con las importaciones subsidiadas. Estamos preocupados por los efectos reales de ese tratado”, ha asegurado la Confederación Nacional de Productores Agropecuarios (Confenagro). “Y como la gente hablando se entiende, queremos hablar con los americanos y con los socios centroamericanos”, ha reiterado en distintos momentos y escenarios el ministro de agricultura dominicano, Osmar Benítez. El funcionario pedirá una modificación del acuerdo en puntos específicos, pero han pasado meses desde el anuncio. Hasta ahora no ha habido anuncio público sobre un pedido formal a las partes involucradas y el año 2018, prácticamente acabó.
Benítez explica que -en concreto- que se busca iniciar un diálogo con las autoridades de Estados Unidos, en el marco de lo que establecen los acuerdos DR-Cafta y los acuerdos de la OMC (Organización Mundial del Comercio) para atender algunas cuestiones de importancia capital, para la agricultura del país, fundamentalmente aquellos productos sensibles, que son afectados por la liberación de aranceles.
El sector productivo no busca desconocer lo que establece el DR-Cafta, pero sí de que “las cosas se aterricen”, porque mientras otros países han salido ganando con el acuerdo, a República Dominicana no le ha ido bien. “Es algo que no ha sido culpa de los productores dominicanos, porque mientras otros países se han aprovechado de las ventajas del acuerdo, República Dominicana, por la falta de una política de largo plazo, se ha quedado en rezago”, sostiene Eric Rivero, presidente de Confenagro.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en una investigación reciente sobre el tema planteó que el DR-Cafta, que entró en vigencia en el 2006, estipula un proceso de desgravación para los productos agrícolas, con rebaja de impuestos diferenciada para los productos denominados “sensibles”, muchos de los cuales se desgravarán por completo entre 2021 y 2024. Eso quiere decir que esos productos entrarán libres de impuestos. Y es ahí el temor de los cultivadores y criadores locales… que las importaciones los arropen.
En los años posteriores a la ratificación del tratado los países miembros del DR-Cafta han presentado una mejora general en sus indicadores de producción agrícola, según el BID. “Sin embargo, la composición de las exportaciones de los países estudiados no ha cambiado de forma sustancial.
Un país que no negoció, solo se abrazó más tarde
Luis Ramón Rodríguez rememoró que Centroamérica comenzó a negociar con EE.UU el DR-Cafta y que República Dominicana, al ver que estaba avanzado el acuerdo con Centroamérica y que se le hacía tarde, entonces se adhirió. “Por tanto, no negoció, sino que se abrazó al acuerdo y participó en tres rondas de negociaciones, que fueron las últimas. A partir de ahí quedó incluida en el acuerdo”, explicó. Confenagro propone que en el país se activen consultas sobre el comercio del pollo y revisar el Acuerdo Agrícola frente al tema de los subsidios.