Lo propio ocurre con la caída del 19% en las exportaciones de bienes en 2023, empujada por merma en salida de oro

A medida que se avanza en 2024, República Dominicana se enfrenta a un entorno económico que combina desafíos importantes con oportunidades de crecimiento.

El desempeño de la economía en 2023 dejó lecciones valiosas, y las proyecciones para el año en curso apuntan a un camino de recuperación, impulsado en gran medida por el turismo y las remesas, pero también con serias advertencias sobre la cuenta corriente y el comercio exterior. La caída del 19% en las exportaciones de bienes durante 2023 dejó algunas interrogantes.

Esta disminución, impulsada principalmente por la baja en la demanda de productos como el oro, coloca sobre la mesa un tema bastante manoseado: la necesidad de continuar diversificando las exportaciones y buscar nuevos mercados (con la presentación de nuevos productos o aprovechamiento de los que ya son hartamente conocidos). Las proyecciones para 2024 sugieren que, aunque la situación tiene tendencia a continuar mejorando, la recuperación será gradual, dependerá de la recuperación global y la adaptación de los sectores productivos a las nuevas realidades del mercado.

A pesar de las dificultades en el comercio exterior, el turismo se ha consolidado como uno de los pilares de la economía dominicana –un tema que poca gente se atreve a discutir-, con ingresos que alcanzaron los US$10,000 millones en 2023, un incremento del 16.2% respecto al año anterior.

El Ministerio de Turismo, en una presentación de cierre de año, indicó en diciembre pasado que el sector generó más de 620,000 empleos directos y una generación de divisas estimadas superior a los US$11,000 millones. Un estudio del Consejo Monetario Centroamericano (CMCA) proyecta que para 2024 el panorama es mucho más optimista, con un crecimiento previsto del 8-10% en la llegada de turistas. Este crecimiento no solo beneficia al sector hotelero y de servicios, sino que también impulsa el empleo y a las pequeñas y medianas empresas que dependen del flujo turístico.

Los esfuerzos del Gobierno y las inversiones en infraestructura turística están destinados a capitalizar este impulso, lo que podría consolidar aun más a la República Dominicana como un destino líder en el Caribe.

El informe, elaborado en conjunto con la Secretaría de Integración Económica Centroamericana y la Secretaría Ejecutiva del Consejo de Ministros de Hacienda o Finanzas de Centroamérica, Panamá y República Dominicana, se enmarca dentro de los esfuerzos de generar sinergias entre los distintos organismos que conforman el subsistema económico de integración regional.

El mismo informe plantea que las remesas continúan siendo un soporte vital para la economía, al alcanzar US$10,157.2 millones en 2023, lo que representó un crecimiento del 9.1% en comparación con el año anterior. Para 2024, se espera que las remesas mantengan un crecimiento sostenido, con proyecciones que podrían alcanzar los US$11,000 millones. Este flujo de ingresos no solo apoya el consumo interno, sino que también contribuye a la estabilidad financiera de muchas familias dominicanas.

De hecho, entre enero y agosto de 2024, de acuerdo con cifras oficiales del Banco Central de la República Dominicana (BCRD) las remesas recibidas alcanzaron la cifra de US$7,112.5 millones, aumentaron US$342.6 millones (5.1 %) en comparación con el mismo período del año anterior. Particularmente, en el mes de agosto se recibieron US$952.3 millones por este concepto, un incremento de 10.7 % respecto a agosto de 2023. Estos recursos suministrados por la diáspora dominicana en el exterior tienen un efecto multiplicador sobre el consumo, la inversión y el financiamiento de los sectores más vulnerables del país.

En lo que respecta al déficit de cuenta corriente, según el CMCA, se prevé que se mantenga en niveles altos. El déficit de cuenta corriente es la diferencia entre lo que un país gasta en importaciones de bienes, servicios y transferencias, y lo que recibe por exportaciones.

“La balanza de pagos de la República Dominicana ha mostrado tensiones que necesitan ser abordadas”, sugiere el análisis del Consejo Monetario Centroamericano. En 2023, el déficit de cuenta corriente alcanzó un 4% del PIB, y se espera que continúe afectando la estabilidad macroeconómica en 2024 si no se implementan medidas efectivas para reducir la dependencia de las importaciones y mejorar la competitividad de las exportaciones, advierte.

Despierta apetito de inversores

A pesar de los retos en el comercio exterior y la cuenta corriente, República Dominicana sigue siendo un destino atractivo para la inversión extranjera directa (IED). En 2023, el país captó el 29.6% de la IED en la región, con un enfoque en sectores estratégicos como la energía, la manufactura y el turismo.
Las proyecciones para 2024 sugieren un aumento en la IED, impulsado por reformas económicas y un clima favorable para los negocios.

Las estimaciones del Banco Central de República Dominicana para cierre de 2024 contemplan flujos de inversión extranjera directa (IED) por encima de los US$4,500 millones, y exportaciones de zonas francas sobre los US$8,400 millones. Estos ingresos de divisas contribuyen en mantener la estabilidad relativa del tipo de cambio que se observa en la actualidad, de tal manera que al cierre de agosto de 2024 la moneda nacional se depreció en 2.8 % con respecto al cierre de 2023. En el año 2023 (vistos los doce meses) el peso se depreció un 3.6%.

Los números que maneja el Consejo Monetario Centroamericano indican que en el contexto del desempeño exportador en 2023, solo Costa Rica y Nicaragua lograron cifras positivas, con incrementos del 16% y 4.2%, respectivamente. En contraste, República Dominicana enfrentó el mayor decrecimiento del área, con una caída del 19%, lo cual refleja retos significativos en su sector exportador.

Lo que ocurrió aquí impactó en región

En la región de Centroamérica, Panamá y República Dominicana (Capard) las exportaciones de bienes y servicios crecieron 5.1% en 2023, con proyección de aceleración al 6.4% para 2024 El sector servicios, que se recuperó tras la pandemia del covid, registró un aumento de 13.9%, que alcanzó los US$58,253 millones. Las importaciones de servicios, en cambio, disminuyeron 3.7%, totalizan US$30,719.6 millones. Las exportaciones de bienes, que alcanzaron US$57,988.9 millones, bajaron 1.8%, por temas como la caída de las exportaciones dominicanas, afectada a su vez por el cierre de fronteras con Haití, las fuertes lluvias que perjudicaron a los exportadores y una baja en la producción de oro.

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