La nuez de árbol es sinónimo de salud y desarrollo sostenible, con 40 mil tareas cultivadas en año y medio
Por su alto contenido nutricional y sus propiedades saludables, cada vez más dominicanos consumen la nuez de coco y sus derivados, en una tendencia que sitúa la demanda muy por encima de la oferta e impulsa al Estado a ejecutar un plan nacional para relanzar la producción.
Como en Estados Unidos, China, Holanda, Canadá, India y Australia, naciones que lideran la ingesta, muchos consumidores criollos encuentran en el agua, la pulpa, el aceite, la leche, la harina y la crema de coco, alternativas orgánicas a bebidas y alimentos azucarados, aceites de semillas y productos lácteos dañinos para intolerantes a la lactosa.
Incluso, hay aquí médicos que utilizan con éxito el agua de coco como parte del tratamiento del dengue, práctica validada en 2018 por investigadores mexicanos del Centro Universitario de la Costa Sur, quienes describen sus efectos antivirales, de normalización del conteo plaquetario y de aceleración de la mejoría en casos no graves.
La demanda local, también presionada por mileniales ecologistas, vegetarianos, flexovegetarianos y más de 30 plantas procesadoras locales, es asumida por el FEDA como una oportunidad para incrementar, hasta en 200 mil nuevas tareas, la producción de un rubro que genera multiplicidad de artículos aprovechables.
El Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario (FEDA) ha iniciado un plan nacional en beneficio de consumidores y productores. Ha favorecido la siembra de unas 40,000 tareas de cocoteros en año y medio, en beneficio de más de 2,500 productores; y ha capacitado a unos 3,500 agricultores en buenas prácticas de cultivo, control fitosanitario, comercialización e industrialización.
Así lo afirma el economista Hecmilio Galván, su director, al hablar de los avances del Plan Nacional para el Relanzamiento del Sector Coco de la República Dominicana: “El cultivo masivo de coco incrementará la calidad de vida de los productores, ya que un solo cocotero puede producir anualmente cerca de 200 nueces y representar un ingreso de más de RD$5,000 por planta al año”.
Añade que de la Cocos nucifera todo es aprovechable: el agua, de la cual puede hacerse nata, vino y vinagre; y la pulpa, de la que se extrae aceite, leche, ponche, néctar, copra y savia, la que a su vez puede ser transformada en vino, jarabe, caramelo o azúcar.
El coco es salud
Numerosos investigadores atribuyen al aceite de coco propiedades antiinflamatorias que favorecen la salud oral, tiroidea, cardíaca, cerebral e inmunológica, al tiempo que apoyan la digestión y el control de la enfermedad de Crohn, la candidiasis, la gripe, la hepatitis C, el herpes y el virus Epstein-Barr.
Y sus ácidos grasos de cadena media aumentan los niveles de energía, al tiempo que contribuyen al mantenimiento de un peso y un metabolismo saludables, de acuerdo con el libro “Deep Nutrition”, de la doctora Cate Shanahan.
Galván indica, a su vez, que el agua de coco contiene electrolitos, vitaminas, minerales, oligoelementos, aminoácidos, enzimas, antioxidantes y fitonutrientes. “A pesar de tener un delicioso sabor dulce, tiene un bajo contenido de azúcar, lo que la convierte en la bebida deportiva por excelencia”.
También la señala como beneficiosa para el corazón y el tracto urinario, la salud de piel y ojos e incluso para equilibrar los niveles de glucosa e insulina en la sangre; considerándola también “la fuente alimenticia más rica en citoquinas, hormonas vegetales antitrombolíticas, anticáncer y antienvejecimiento”.
El estrellato del coco
El volumen del mercado mundial de productos del coco fue, en 2023, de 4.51 mil millones de dólares, con un crecimiento de 9.98 % anual proyectado por Mordor Intelligence, firma investigadora que prevé un aumento hasta los 7.26 mil millones de dólares, en 2028.
De acuerdo con la empresa Bloomberg, la producción global de copra crecerá más de un 30 % en 2026; la leche de coco, un 35 %, en 2027; y el agua de coco, un 40 %, en 2030.
El cultivo de la fruta, empero, solo crece anualmente en un 2 %, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), lo que constituye una gran oportunidad para el país.
Según datos antiguos, República Dominicana produce anualmente 287 mil toneladas de coco, provenientes de unos 300 millones de nueces. En 2021, el volumen de exportación del coco seco criollo hacia Estados Unidos fue de 7.6 millones de dólares, aunque las importaciones desde Guyana, India, Indonesia, Vietnam y Malasia ascendieron a 24 millones de dólares.
En tanto, la firma criolla Dipesa International Group realizó, en septiembre de 2023, la primera exportación dominicana de cocos tiernos o de agua hacia Estados Unidos y ha anunciado que repetirá la hazaña este año.
Producción local
El déficit es de 200 mil cocoteros, meta final de siembra del Plan Nacional para el Relanzamiento del Sector Coco, del Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario (FEDA). De 54,000 tareas proyectadas en la primera etapa, ha sembrado 40,000 en año y medio, en beneficio de más de 2,500 productores; y ha capacitado a 3,500 en buenas prácticas de cultivo, control fitosanitario, comercialización e industrialización.
República Dominicana produce alrededor de 287 mil toneladas de coco anuales, de acuerdo con datos antiguos; pero la creciente demanda es presionada por consumidores locales, turistas y más de 30 plantas procesadoras; así como por la “fiebre” internacional por el coco, lo que constituye una gran oportunidad para el país, en opinión del economista Hecmilio Galván, director de la institución.