El problema inicialmente se descubrió en los sembradíos de limones ubicados en Luperón y en Imbert
Por casi diez años República Dominicana ha sufrido el ataque sistemático de la enfermedad de los cítricos, conocida como Huanglongbing (HLB) que ha diezmado de manera considerable la producción de limones, naranjas y toronjas.
La HLB, que inicialmente se descubrió aquí en sembradíos de limones ubicados en Luperón e Imbert, provincia Puerto Plata, en el año 2008, amplió su radio de acción prácticamente a toda la geografía nacional. Sin embargo, hay lugares en los que, por ejemplo, el limón y la naranja han sobrevivido. Lo ha hecho -en el caso del limón- en Santiago Rodríguez, en San José de las Matas, en Padre Las Casas, en Monte Plata, en Cotuí y en las lomas de San Francisco de Macorís, provincia Duarte, así como en zonas llanas de Mao, provincia Valverde. “Hay una gran producción de limón criollo en una zona cercana a Duvergé, provincia Independencia, desde donde se exportan volúmenes por valor superior a los RD$300 millones. Es un limón consumido masivamente por los haitianos”, asegura a elCaribe el presidente del Clúster del Limón, Ucelvio Santos. “Ahí ha prosperado bien el limón criollo”, indica.
Junto al Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (IDIAF) se trabaja para fomentar un tipo de limón resistente y de alta genética, que proceda de plantas sanas. Dos de esos limones son el persa y el eureka. Este último tiene un color amarillo. Se puede mantener en cuarto frío y adquiere ese color, explica Santos. “Es un limón que ha prosperado y se ha mantenido”, agrega, el dirigente agrícola.
Actualmente, se realiza un levantamiento entre productores de limón para contar con información confiable, ya que los datos precisos sobre la cuestión son escasos. “No hay estadísticas confiables sobre las superficies que existen actualmente. Se trabaja para empadronar a todos los productores de limones persa y criollo para contar con una data general”, indica el presidente del Clúster de Limón. Una publicación de El Fersanito (2009), un año después de la aparición del mal en Puerto Plata, indicaba que para entonces había unas 40,000 hectáreas (640 mil tareas, tomando en cuenta que una hectárea equivale a 16 tareas) destinadas a la producción de naranjas, toronjas, mandarinas y limones persas y criollos.
De todas las enfermedades de los cítricos descritas hasta ahora, la del Huanglongbing probablemente se considera como la más destructiva y letal para ese rubro. En República Dominicana, por la presencia de la enfermedad se han tomado medidas de tipo cuarentenario.
En 2009 la entonces Secretaría de Agricultura (actualmente ministerio) mediante la resolución 47-08, declaró de importancia cuarentenaria A2 en el subsector citrícola nacional, la enfermedad de los cítricos causada por la bacteria “Candidatus Liberibacter Asiaticus”.
La medida prohibía el movimiento de material de propagación de plantas de cítricos que hubieran sido producidas en los lugares afectados por la bacteria Candidatus Liberibacter asiaticus hacia las demás zonas del país donde no estaba presente la bacteria.
A manera de prevención, quedó prohibido el movimiento de todo material de propagación de cítricos en el país, sin la autorización técnica del Departamento de Sanidad Vegetal de Agricultura, por lo que se requería que fueran acompañados de un certificado emitido por el oficial autorizado de esa unidad.
“Necesitamos saber con exactitud la cantidad de tierras que hay sembradas de cítricos y la cantidad que se ha perdido”, sostiene el Clúster del Limón. El presidente de esa institución plantea que hay buenas oportunidades de mercado, pero no existe información veraz que permita hacer compromisos serios con exportadores. ¿Y por qué el limón ha sobrevivido en unos lugares y en otros no?, pregunta este diario. “Obedece a un tema de clima, que ha sido elemento clave”, responde Ulcevio Santos.
En 2009, en el plano internacional, de acuerdo con publicaciones del momento, la Huanglongbing y su vector -Diaphorina citri- habían sido los responsables de las siguientes pérdidas económicas alrededor del mundo: siete millones de árboles afectados en Filipinas en 1962; tres millones de árboles destruidos en Indonesia (1960-1970); pérdidas catastróficas en la India; 9.5 millones de árboles afectados en Tailandia; la desaparición de la naranja dulce en Arabia Saudita y pérdidas millonarias en Florida, Centro, Sudamérica y el Caribe
Se han ofrecido cifras diversas, pero algunas de las más recientes sugieren que se ha afectado hasta el 40% o más de los cultivos de cítricos en pie. Cuando las inversiones colocadas en un cultivo equis se ven afectadas por un fenómeno de la naturaleza o por una plaga, surge otro efecto: el alza de precios como consecuencia de una merma en la oferta, frente a una demanda que permanece igual de alta o más elevada. En el caso en cuestión no ha sido distinto.
En la primera mitad del año 2014 la unidad de limón llegó a costar entre 15 y 20 pesos en República Dominicana. Finalizado el tercer trimestre del mismo año el Consorcio Citrícola del Este informaba que la HLB le había afectado el 50% de la producción. La empresa, a través de Ricardo Barceló, hablaba en ese momento de unas 75,000 tareas.
Barceló ofreció el dato indicando que prácticamente la enfermedad había obligado a ese grupo a resembrar las plantaciones afectadas por la enfermedad y a buscar otro método para resistir los embates. Ese otro método o forma de cultivo al que hizo referencia fue la producción bajo techo (invernadero o ambiente controlado), un sistema que eleva hasta cinco veces el costo de producción, pero garantiza mejor la inversión, porque esas estructuras son una suerte de “blindaje”.
Cuando a una plantación equis le cae una enfermedad, el propietario de la finca tiene varias opciones: o cambia de cultivo, trata de remediarlo o termina abandonándolo. Eso es lo que ha llegado a ocurrir. Solo en 2013 se informó que en Dajabón fueron abandonadas 300 tareas de limón criollo, en San Francisco de Macorís (nordeste del país) 100 tareas y en la provincia Sánchez Ramírez 1,000 tareas. En el Sur fueron abandonadas 100 tareas de limón persa en Barahona y en Bahoruco 200 tareas. En el Suroeste se abandonaron 600 tareas en San Juan y en Azua 100.
En ambos casos, de limón persa. En Baní fueron abandonadas 100 tareas, en San Cristóbal 600 tareas de naranja y en Monte Plata otras 100. Estos datos fueron ofrecidos por el Ministerio de Agricultura, para entonces.
Recomiendan utilizar material certificado
Hace varias semanas el Idiaf, la cooperación técnica agrícola de Corea en el país, la Confederación de Productores Agropecuarios y el Clúster del Limón presentaron a productores y técnicos de cítricos las ventajas de la utilización de material de siembra certificado para la producción comercial. Luis Matos, investigador del Idiaf en sanidad vegetal y responsable del proyecto, explicó que se ha estudiado la interacción entre organismos patógenos, hospederos y sus vectores, y así se conocen los niveles de infectividad de los agentes contaminantes.
Opciones
Hay lugares, como en Hato Mayor, donde algunos productores de cítricos han ido emigrando al cultivo de chinola.