El Banco Central de la República Dominicana mantuvo por quinto mes seguido pausada su tasa de política monetaria en 8.50 % anual.
La decisión fue adoptada tras un amplio análisis de la evolución de la economía, fundamentalmente del índice de precios al consumidor y de las recientes turbulencias financieros globales que aumentaron la incertidumbre externa.
Con la medida, la tasa de la facilidad permanente de expansión de liquidez (Repos a 1 día) permanece en 9.00 % anual y la tasa de depósitos remunerados (Overnight) continúa en 8.00 % anual.
Evaluación rigurosa
“Esta decisión se basa en una evaluación exhaustiva del comportamiento reciente de la economía, especialmente de la inflación, y de las recientes turbulencias de los mercados financieros globales que aumentaron la incertidumbre externa”, dijo el BCRD en el comunicado de política monetaria que emitió para dar cuenta de la disposición
Resalta que se mantiene la moderación en los precios internacionales de las materias primas, especialmente del petróleo, al tiempo que continúan reduciéndose los costos del transporte de contenedores y las disrupciones en las cadenas de suministros globales.
Argumentó que “a nivel doméstico, la dinámica inflacionaria continúa respondiendo favorablemente al programa de restricción monetaria y a la moderación de la demanda interna, así como a los subsidios implementados por el Gobierno”.
En ese sentido dijo que, en efecto, la variación mensual del índice de precios al consumidor (IPC) fue de 0.11 % en febrero; lo que contribuye a una reducción en la inflación general de 326 puntos básicos al pasar de un máximo de 9.64 % en abril de 2022 a 6.38 % en febrero 2023, se prevé que en marzo la inflación interanual pudiera ubicarse menos del 6 %.
De la inflación subyacente, que excluye los componentes más volátiles de la canasta que no son influenciados directamente por la política monetaria, explicó que también muestra una tendencia a la baja, al pasar de 7.29 % en mayo del 2022 a 6.40 % en febrero de 2023.
“Es importante reiterar que, el BCRD incrementó gradualmente su tasa de política monetaria (TPM) en 550 puntos básicos entre noviembre de 2021 y octubre de 2022, manteniendo una pausa durante los últimos cinco meses. La reacción monetaria oportuna ha facilitado un aumento importante en la tasa de interés interbancaria nominal y una disminución en las expectativas de inflación, provocando que la tasa interbancaria real se encuentre cerca de cinco puntos porcentuales por encima de su nivel neutral estimado, lo que está contribuyendo a una moderación de la demanda interna y a una caída más acelerada en la inflación”.
Indicó que en adición, “los agregados monetarios se han desacelerado de forma notable, especialmente el medio circulante (M1), que ha pasado de crecer de un máximo de 30 % interanual durante 2021 a expandirse por debajo del 10 % en marzo de 2023, reflejando la normalización de la oferta monetaria como resultado de las medidas adoptadas”.
Por otro lado, precisa que el crédito privado en moneda nacional comienza a dar señales de moderación, pasando de un crecimiento interanual cercano al 15 % a finales de 2022 a una expansión de aproximadamente 12.5 % en marzo de 2023”.
Tasas de interés han subido desde inicio ciclo
El comunicado del BCRD enfatiza que además, desde el inicio del ciclo de incrementos de TPM se ha observado un aumento en las tasas de interés de la banca múltiple, principalmente en la tasa de interés pasiva. De esta forma, se ha mantenido un diferencial de tasas de interés favorable respecto a la de los Estados Unidos de América (EUA), lo que contribuye a mayores flujos de capitales y de inversión extranjera al país, además de incentivar el ahorro en moneda nacional. El órgano emisor entiende que “bajo las previsiones actuales, se estima que tanto los niveles de liquidez de la economía como la TPM se encuentran en un nivel adecuado para que la inflación converja al rango meta de 4 % ± 1 % para mediados del año 2023, conforme siga operando el mecanismo de transmisión de la política monetaria. El Banco Central continuará dando seguimiento a las condiciones económicas, fundamentalmente al retorno de la inflación al rango meta a mediados de año, y evaluando los espacios para tomar oportunamente las medidas que contribuyan a que el crecimiento económico retorne gradualmente a su potencial y que preserven la estabilidad macroeconómica.