El director del Departamento de Cuentas Nacionales y Estadísticas Económicas del Banco Central de la República Dominicana (BCRD), Ramón González, puntualiza la relación entre el crecimiento de la economía y la evolución del empleo.
González envió una carta al director de elCaribe con algunas puntualizaciones aclaratorias a la nota periodística “AEIH quiere saber cómo bajó la tasa de desempleo”, publicada por este periódico el 4 de septiembre de 2017. A continuación el texto:
Luego de extenderle un cordial saludo y de haber leído como de costumbre el prestigioso matutino que usted tiene a bien dirigir, he considerado procedente exponer por esta vía algunas puntualizaciones aclaratorias sobre la relación entre el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) real y la evolución del desempleo, en respuesta a la nota publicada el pasado lunes 4 de septiembre en la cual se reseñan unas declaraciones del presidente de la Asociación de Empresas Industriales de Herrera y Provincia Santo Domingo (AEIH), señor Antonio Taveras Guzmán, donde el dirigente empresarial solicita al Banco Central explicar cómo cayó el desempleo abierto a 5.4%, la “tasa más baja jamás registrada”, si la economía sufrió un “frenazo” en el primer semestre del año.
Lo primero que se amerita precisar es que siempre resulta recomendable evaluar con prudencia la evolución de la actividad económica. En ese tenor, en mi opinión, resulta un tanto exagerada y fuera de contexto la afirmación de Taveras Guzmán de que la economía sufrió un “frenazo” en el primer semestre del año, calificativo que transmite una sensación de parálisis en la economía. Una forma objetiva de analizar y calificar los resultados recientes sería referirse a que la economía experimentó una moderación en su ritmo de expansión al registrar un crecimiento interanual de 4.0% en el primer semestre de 2017, sobre un incremento de 7.4% del mismo periodo del año anterior y de 7.2% y 7.7% en los primeros semestres de 2015 y 2014, respectivamente. A los fines de comprender la correlación entre la variación del desempleo y el crecimiento económico, resulta oportuno hacer referencia a lo que se conoce en la teoría económica como Ley de Okun (1962). Esta regularidad empírica plantea que en promedio y no necesariamente de forma coincidente en todos los períodos, cuando la economía crece por encima de su potencial tiende a producirse una reducción en la tasa de desocupación, mientras lo contrario ocurre cuando la economía crece por debajo de este nivel. Evidentemente, la Ley de Okun debe de analizarse en términos de tendencias en ambas variables, no de forma puntual como muchos analistas incurren en el error de hacer, ya que existen rezagos naturales en las reacciones del mercado laboral donde entran en juego las expectativas de los agentes económicos, las perspectivas de largo plazo, el entorno internacional, la percepción sobre la naturaleza transitoria o de mayor permanencia de choques internos y externos experimentados por la economía, entre otros factores.
En el caso dominicano, se estima que el crecimiento potencial de la economía se ubica en torno al 5.0%. Al analizar la evolución trimestral del PIB real en los quince trimestres comprendidos entre julio-septiembre 2013 y enero-marzo 2017, se observa que la economía experimentó un crecimiento promedio de 6.9%, lo que es consistente con la tendencia sostenida a la baja exhibida por el desempleo en el referido periodo.
De forma particular, en el último año la tasa de desocupación abierta se redujo de 7.4% en abril-junio de 2016 a 5.4% en el mismo periodo de 2017, para una reducción acumulada de dos puntos porcentuales durante los últimos cuatro trimestres. Vale precisar, que tanto en el tercer y cuarto trimestre de 2016 como en el primero de 2017, la economía registró un crecimiento interanual por encima de 5.0%.
El hecho de que en el trimestre abril-junio 2017 la tasa de desocupación abierta continuara disminuyendo hasta su nivel actual de 5.4% a pesar de la moderación del ritmo de crecimiento, que es la inquietud del dirigente empresarial, no debería generar sorpresa, ya que la economía se ha mantenido creciendo por encima de su potencial en un periodo relativamente prolongado en términos interanuales y las perspectivas apuntan a que continúe creciendo en torno al 5.0%, por lo que se generarían empleos suficientes para que la tasa de desocupación permanezca estable o disminuya.
Por otro lado, no resulta cierta la afirmación de que la tasa de desempleo abierta de 5.4% sea la más baja jamás registrada en la historia de la economía dominicana, como señaló Taveras Guzmán. Para esto basta con observar que la tasa de desocupación abierta llegó a ubicarse en 4.7% en abril de 2008 en un contexto en el que la economía estaba creciendo significativamente por encima de su potencial en los años previos.
En esa ocasión, el crecimiento real de la economía dominicana fue de 9.4%, 9.2% y 7.4% en 2005, 2006 y 2007, respectivamente, y a pesar de que el crecimiento económico cerró por debajo de su potencial en el año 2008, el nivel de desempleo registrado ese año fue menor que los años previos. En otras palabras, este es otro ejemplo que muestra que no existe una reacción instantánea del mercado laboral ante una desaceleración en el ritmo de crecimiento de la economía, especialmente en el contexto de una fase expansiva precedente de varios años creciendo significativamente por encima del potencial, como es el caso en la coyuntura actual, lo que no debió generar tanta sorpresa al destacado ejecutivo de la AEIH.
En otro orden, el dirigente empresarial llamó la atención sobre supuestas distorsiones que se están produciendo en el empleo, particularmente refiriéndose al aumento experimentado en los empleos informales, señalando que “todos sabemos que la informalidad en la economía crea mucha inequidad, excluye a los trabajadores del sistema de seguridad social y es un valladar para el crecimiento de las recaudaciones fiscales”.
Respecto a lo anterior, tal y como ha manifestado en repetidas ocasiones en los últimos años el gobernador del Banco Central, en nuestro país se observa que en muchos casos la movilidad hacia el sector informal surge como una decisión voluntaria de muchos trabajadores, quienes debido a los bajos salarios que devengarían en las ocupaciones que podrían desempeñar en el sector formal, deciden trabajar de manera independiente en la informalidad para generar mayores ingresos. Esta es una problemática con numerosas aristas que no puede ser resuelta de la noche a la mañana y cuya solución requiere del esfuerzo conjunto del sector privado y del Gobierno.
Mucho nos honraría si el presidente de la Asociación de Empresas Industriales de Herrera y Provincia Santo Domingo visitara el Banco Central, como en otras ocasiones lo ha hecho, para recibir aclaraciones y explicaciones sobre sus inquietudes, para lo cual la institución reitera su mejor disposición de recibirle. Esperando que esta comunicación encuentre un espacio en su importante diario, a los fines de servir como nota aclaratoria para edificar a sus apreciados lectores sobre los planteamientos emitidos por el referido representante empresarial,
Atentamente, Ramón González Hernández, Ph.D.
Director Departamento de Cuentas Nacionales y Estadísticas Económicas.