En la región los ciudadanos pierden el poder adquisitivo
América vive una espiral inflacionaria hace meses: Argentina llegó a los tres dígitos con una subida del IPC interanual del 104.3 %, y aunque algunos países parecen estar cerca de llegar a su techo, el panorama general del primer trimestre de 2023 estuvo marcado por la fluctuación y la espera.
Las nueve subidas en los tipos de interés que ha llevado a cabo la Reserva Federal, hasta situarse entre el 4.75 % y el 5 % -la tasa más alta en los últimos 16 años- han mermado en algo el ritmo inflacionario en EE.UU., pero no como se hubiera deseado.
En junio de 2022 la inflación alcanzó su máximo, el 9.1 %, y desde julio ha bajado hasta el 5 % en marzo. La última bajada, anunciada esta semana, fue de un punto porcentual.
No obstante, los precios siguen sin bajar y se fueron al alza en marzo una décima. El próximo 2 de mayo la Reserva Federal anunciará si continúa subiendo los tipos o si los mantiene.
Por su parte, en marzo el Índice de Precios al Consumidor (IPC) interanual en Colombia se situó en el 13.34 %, el más alto desde 1999, mientras el acumulado del primer trimestre fue del 4.56 %, número en el que los alimentos tuvieron mucho que ver.
El costo de estos insumos básicos en la canasta de los colombianos subió el 28.1 %, por lo que el Gobierno pidió a los empresarios medidas para bajar costos.
“Si bien la inflación continuó hacia arriba, cada vez estos aumentos son menores y cuando uno mira dentro de los diferentes ítems, ya se comienza a ver una desaceleración”, dijo el economista principal de Scotiabank Colpatria, Sergio Olarte, quien pronostica que a final de año la inflación sea cercana al 9%.
El bucle inflacionario argentino
Sin embargo, en otros países sigue la incertidumbre, como en Argentina, que acumuló en los primeros tres meses del año una inflación minorista de 21.7 %, 5.6 puntos porcentuales por encima del 16.1 % registrado en el primer trimestre de 2022.
Este panorama, agravado por el 7.7 % de inflación mensual reportado en marzo (104.3 % interanual), tiene como principal consecuencia la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos.
El desborde de la inflación, uno de los problemas crónicos del país (con un pico de 3,079 % entre 1989 y 1990), llevó a tres dígitos el índice interanual en febrero y se encamina al 110 %, según las expectativas que releva el Banco Central.
“Tener una política monetaria estricta, así como una política fiscal que esté en línea con lo que está en el programa respaldado por el Fondo, sería particularmente importante”, dijo la subdirectora del Departamento de Investigación del FMI, Petya Koeva, esta semana en el marco de las reuniones de primavera en Washington.
México: inflación contenida, pero sigue siendo alta
Por otro lado, la inflación en México bajó a un 6.85 % anual en marzo, el nivel más bajo desde octubre de 2021 y el segundo descenso mensual consecutivo, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Sin embargo, en este país el IPC lleva casi 50 quincenas consecutivas por encima de la tasa meta del 3 % del Banco de México (Banxico), que no prevé este objetivo hasta finales de 2024.
Chile
La inflación en Chile registró en marzo un aumento del 1.1 %, tras el descenso del mes anterior, y acumuló un avance del 11.1 % en 12 meses, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Expertos señalan a los retiros anticipados de los fondos privados de pensiones, las ayudas del Gobierno para enfrentar la pandemia y la coyuntura internacional como las principales causas.
Para enfrentar la subida de precios, el Banco Central subió en octubre la tasa de interés referencial, denominada Tasa de Política Monetaria (TPM), hasta el 11.25 %, su mayor nivel desde 2001.
“Reducir la inflación es una condición ineludible para que el desempeño económico mejore de forma sostenible”, agregó el banco, que estima que la meta del 3 % se puede alcanzar a finales de 2024.
Perú y los fantasmas lejanos de la hiperinflación
Por su parte, en Perú el incremento de los precios en el primer trimestre de 2023 fue del 2,1 %, menor al de la mayoría de los vecinos, pero preocupante para los ciudadanos que recuerdan los estragos de la hiperinflación en la década de 1980, que terminó en 7.649 % en 1990.
La inflación de marzo registró un alza del 1.19 %, la tasa más alta en lo que va del año. Pese a que la cifra parece baja, el país está acostumbrado a unos datos inflacionarios menores y, dentro del panorama político, existe una suerte de acuerdo para dejar al margen las políticas monetarias de la política, con lo que estos incrementos han tenido un fuerte impacto.
En esa línea, el Banco Central de Reserva estima que la inflación anual bajará al 3 %, una vez que los precios de los alimentos comiencen a disminuir.
Una caída lenta y forzosa en Brasil
Brasil continuó descendiendo la tasa en el primer trimestre y se situó en marzo en el 4.65 % interanual, casi un punto menos que en febrero (5,60 %).
“Hay una tendencia de caída. Con la tasa de intereses en el nivel que está (13.75 % anual) era algo esperado, si bien esa reducción está teniendo un costo un poco mayor” que se refleja en una paralización de la economía, dijo a EFE Sillas Cezar, profesor de Economía en la Fundación Armando Alvares Penteado (FAAP).
Cezar asegura que hay espacio para que el Banco Central inicie una bajada de los tipos de interés que impulse la economía, algo que reclama el Gobierno federal.
A pesar de la moderación, la inflación en Brasil sigue por encima de la meta para este año, que es del 3.25%.
Optimismo en Uruguay
El descenso inflacionario en Uruguay desde fines de 2022 se frenó por el aumento de precios de algunos alimentos por la sequía, y aunque las frutas y verduras vienen subiendo dos meses consecutivos por encima del 10 %, la inflación se sitúa ya en un 7.3 % desde un 8,29 en 2022.
“La inflación va a seguir descendiendo porque no se van a repetir los aumentos en el combustible, la carne y el trigo, causados por los efectos de la guerra”, dijo a EFE el economista experto en análisis y pronósticos económicos Giuliano Cantisani.
Asegura que, dada la historia de Uruguay, el país “ha aprendido a lidiar con esta inflación relativamente alta” mediante varios mecanismos, como las unidades indexadas, unidades de valor que se van reajustando de acuerdo con la inflación medida por el IPC.