La Reserva Federal de Estados Unidos certificó ayer un cambio de ciclo. El banco central de Estados Unidos ha aprobado la primera rebaja de los tipos de interés en cuatro años y medio.

Su presidente, Jerome Powell, ya había señalado con claridad que había llegado el momento, el crucial punto de inflexión en que la política monetaria pasa de combatir la inflación a tratar de evitar una recesión. El recorte se daba por seguro, pero la incógnita era la cuantía. Finalmente, Powell ha optado por la vía intensiva con una rebaja de 0.5 puntos, hasta el rango del 4.75%-5%.

Junto a ello, los miembros de la Fed anticipan que habrá más recortes inminentes, hasta dejar los tipos en el 4.25%-4.5% a final de año, lo que implica dos rebajas más de 0.25 puntos en las reuniones de noviembre y diciembre.

Había argumentos para defender una bajada agresiva, como la aprobada, o una más moderada, de un cuarto de punto, pero lo importante es el cambio de signo de la política monetaria, en busca del difícil y ansiado aterrizaje suave de la economía (controlar la inflación sin provocar una recesión). Las rebajas de tipos estimulan la actividad, al hacerse más asequible endeudarse para invertir o consumir o al dejar más renta disponible para ello. Se abaratan las hipotecas, se rebaja la carga de intereses de las tarjetas de crédito y de los préstamos personales. En sentido contrario, implican una menor remuneración de los depósitos.

En los últimos días, los inversores habían apostado mayoritariamente por una rebaja de 0.50 puntos, pero la Fed había dejado un poco a ciegas al mercado, a diferencia de lo ocurrido en las reuniones de los últimos años. El anuncio ha provocado una reacción al alza en la Bolsa.

Una rebaja intensiva supone un mayor blindaje frente a una recesión. Una vez que el banco central tenía claro que al menos tocaba bajar un punto los tipos en unos meses, podía darse el lujo de acelerar, sobre todo tras haber esperado en la reunión de julio.

“Esta decisión refleja nuestra creciente confianza en que, con un adecuado reajuste de nuestra política económica, la fortaleza del mercado laboral puede mantenerse en un contexto de crecimiento moderado y una inflación que descienda de forma sostenible hasta el 2%”, ha dicho Powell en su comparecencia posterior a la reunión. El presidente del banco central, en todo caso, no compra el mensaje de que la economía está al borde de la recesión: “La economía estadounidense está en buena forma. Está creciendo a un ritmo sólido. La inflación está bajando. El mercado laboral está en un ritmo fuerte. Queremos mantenerla así. Eso es lo que estamos haciendo”, ha subrayado.

Ante las próximas citas, los inversores tienen nuevos datos para recalcular la ruta. Como ocurre en cada última reunión del trimestre, los miembros de la Reserva Federal han publicado las previsiones de dónde creen que se situarán a final de este año, y los próximos, la tasa de paro, el crecimiento económico, la inflación y los tipos de interés. Esta vez, tocaba “recalibrar”, en palabras de Powell.

Los pronósticos dibujan un escenario de aterrizaje suave en cuanto a los indicadores económicos (paro del 4.4% e inflación del 2.3% a fin de año) y de rebajas adicionales en los tipos de interés. Los miembros de la Reserva Federal prevén que se sitúen en el rango del 4.25%-4.5%, lo que implicaría, por ejemplo, dos recortes de tipos más de 0.25 puntos en las reuniones del 7 de noviembre y del 18 de diciembre.

Powell dice no se sigue un rumbo preestablecido

Powell ha insistido en que no hay nada decidido. “No seguimos ningún rumbo preestablecido. Seguiremos tomando nuestras decisiones reunión a reunión. Sabemos que bajar la restricción de la política demasiado rápido podría obstaculizar los avances en inflación. Una reducción demasiado lenta podría debilitar la actividad económica y el empleo”. A más largo plazo, para finales de 2025, los tipos habrían bajado otro punto, hasta el 3.25%-3.5%.

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