BARCELONA (AP) — El prófugo ex líder catalán Carles Puigdemont fue detenido el domingo por la policía alemana bajo una orden de arresto internacional cuando intentó ingresar al país desde Dinamarca.
Puigdemont viajaba de regreso a Bélgica, donde había permanecido desde que huyó de España luego de un fallido intento por parte de su gobierno regional para declarar la independencia de Cataluña en octubre del año pasado, indicó su abogado Jaume Alonso-Cuevillas.
El gobierno español comentó a The Associated Press que había recibido una “confirmación oficial de la detención por parte de las autoridades alemanas”, en respuesta a la orden de arresto emitida por el Tribunal Supremo de España.
El fiscal estatal de España dijo que estaba en contacto con sus homólogos alemanes para llevar a cabo una solicitud de extradición de Puigdemont a España, donde enfrenta cargos, incluido uno de rebelión, que podrían ponerlo tras las rejas hasta por 30 años.
La policía de caminos de Alemania detuvo a Puigdemont el domingo por la mañana cerca de una carretera con destino al país europeo, indicó la policía del estado norteño de Schlewig-Holstein. Los fiscales estatales en Schleswig están a cargo del caso, pero no pudieron ser contactados para obtener más detalles.
El Tribunal Supremo de España reactivó una orden de arresto internacional para Puigdemont el viernes, cuando el ex líder se encontraba en Finlandia. España ha emitido cinco órdenes de arresto para otros separatistas que huyeron del país.
Puigdemont, de 55 años, es un ex periodista y alcalde de Girona que encabezó el movimiento de independencia de Cataluña cuando fue elegido por su predecesor Artur Mas como presidente regional en 2016. Soportó una intensa presión política por parte del presidente del Gobierno español Mariano Rajoy y de los tribunales españoles mientras impulsaba el intento de secesión.
España se hundió a su peor crisis política en tres décadas cuando el gobierno de Puigdemont burló una prohibición de una corte y sostuvo un referendo de independencia para la región del noreste en octubre.
La declaración de independencia posterior por parte del Parlamento de Cataluña no obtuvo un reconocimiento internacional y provocó una toma de posesión del gobierno regional por parte de las autoridades españolas que dijeron que no soltarán las riendas hasta que haya un nuevo gobierno de respete la Constitución.
España había pedido originalmente la extradición de Puigdemont de Bélgica después de que se mudó allí, pero la retiró para esperar a que el juez Pablo Llarena concluyera su investigación, la cual finalizó esta semana. Llarena falló que un total de 25 separatistas catalanes serían juzgados por cargos de rebelión, malversación o desobediencia.
Mientras tanto, Puigdemont viajó a Dinamarca, Suiza y Finlandia, como parte de un proyecto para obtener apoyo internacional para su movimiento de secesión.
Puigdemont estuvo al mando de la exitosa campaña del bloque “Juntos por Cataluña” en los comicios regionales de diciembre, en los que los partidos separatistas mantuvieron una ligera mayoría en el Parlamento regional.
Había querido ser reelegido como presidente regional de Cataluña, mientras estaba en el extranjero para evitar ser arrestado, pero un tribunal español lo frenó.
Los separatistas en Cataluña están tratando de elegir a un líder regional antes de que expire un plazo de dos meses y de que se convoquen nuevos comicios.
La Constitución española indica que la nación es “indivisible” y que cualquier cambio a esta ley debe de realizarlo la Asamblea de Madrid.
Nueve personas que promovieron la independencia catalana han sido puestas bajo detención preventiva para evitar lo que Llarena consideró como un riesgo de fuga o la intención de continuar con su plan de secesión.
Las encuestas muestran que los 7,5 millones de habitantes de Cataluña están divididos equitativamente sobre la independencia de la región, aunque la mayoría apoya sostener un referendo legal sobre la cuestión.