La organización sugiere flexibilizar condiciones internas para traducir eso en una caída de precios de materiales
La Asociación Dominicana de Constructores y Promotores de Viviendas (Acoprovi) está a la espera de que construir se haga más barato en República Dominicana, con una baja en los materiales que se utilizan y tomando en cuenta que las condiciones a nivel internacional han ido cambiando.
Los datos que maneja la organización indican que a nivel externo las materias primas han ido descendiendo en su cotización y los fletes están a niveles prepandémicos, lo que indica que “los elementos importados no son el problema”.
“Ahora lo que tenemos que ver es cómo flexibilizar las condiciones internas de aquí, de modo que eso pueda comenzar a traducirse en una baja en los materiales de construcción, porque no la hemos observado”, le dijo Annerys Meléndez, presidenta de Acoprovi, al periódico elCaribe y a CDN, al participar en el desayuno conjunto de los dos medios.
“Todos los factores externos han comenzado a organizarse… La cadena de suministro; los fletes, han bajado, las materias primas están a la baja. Desde nuestro punto de vista, no hay una razón para que eso no se haya visto ampliamente reflejado en los precios locales. Pero estamos a la espera. Es un tema de que comencemos a flexibilizar todos (…), expuso. Meléndez acudió al encuentro en compañía de Rafael Aybar, vicepresidente-tesorero de la organización, y Guido Rosario, segundo vicepresidente.
Según los números que maneja Guido Rosario, el costo de construcción en República Dominicana es uno de los más altos en América Latina, por encima de naciones como México y Ecuador. “Eso lo vimos recientemente en una conferencia que tuvimos con unos analistas financieros, y es preocupante”, expuso.
Dijo que como se han ido comportando los “commodities”, lo que se espera es que comience a darse una baja significativa en ellos.
Cuando los constructores entran en detalles con algunos suplidores –según explica Annerys- éstos les comentan que hay varios detalles que deben tomarse en consideración, y uno de ellos es el costo de la energía en República Dominicana.
“Somos uno de los países con el costo de la energía más alto”, indicó.
Los directivos de Acoprovi tienen claro que en la medida que se vayan agotando los inventarios que se tienen –refiriéndose a aquellos materiales y productos que se adquirieron con los precios altos a que empujó la pandemia de covid-19- los costos a nivel local deben ir cambiando. Inclinándose a la baja, cosa que de alguna manera ha ido ocurriendo, pero sólo en aquellos componentes con incidencia pequeña en el costo total de una construcción, en este caso una vivienda.
Hablando de déficit
En una obra gris, que se compone de acero y cemento, fundamentalmente, dependiendo de la tipología, esos dos materiales representan entre un 40 y 50 por ciento del costo total.
“Si comparamos lo que ha sucedido a nivel de esos dos materiales, en prepandemia y postpandemia, encontramos que hay entre un 50 y 70 por ciento de aumento del costo de los dos, que no han disminuido de ninguna manera, luego de la pandemia. Sabemos que ha habido situaciones adicionales, por ejemplo, el conflicto entre Ucrania y Rusia, que afecta la parte del acero”, resaltó la presidenta de Acoprovi.
Sin embargo, otros materiales están a la baja, porque los fletes a su vez han comenzado a disminuir. “Pero, en general, la mayor parte de los materiales no ha bajado prácticamente nada. Las estadísticas lo que dicen es que han reducido entre un tres y un cinco por ciento, y después han aumentado un cuarenta y tanto por ciento”, apuntó.
Espera que el sector tenga noticias positivas al respecto, en cualquier momento, porque lo que ha venido dándose es insostenible. Con los tres directivos de Acoprovi, los temas abordados fueron muchos; uno de ellos versó sobre el déficit habitacional en República Dominicana, mirándolo desde el punto de vista cualitativo y desde el ámbito cuantitativo.
Se manejan varias cifras; una referida por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), ha situado ese faltante en un millón 369,211 viviendas (el cuantitativo), y el cualitativo en 1,041,215.
Otras estimaciones arrojadas por la metodología oficial de medición indican que el déficit habitacional total, después de permanecer prácticamente sin cambios de 2002 al 2010, en alrededor de 1.4 millones de viviendas, logró una baja significativa en la actual década, al bajar a 830 mil en 2017. En el 2018 descendió a 825 mil viviendas, de las cuales 430 mil corresponden al déficit cualitativo y 395 mil al cuantitativo.
De acuerdo con los resultados, la disminución del déficit habitacional total se debió a la reducción del déficit cualitativo, impulsado fundamentalmente por el mejoramiento en la provisión de agua potable y de servicios sanitarios.
El déficit cuantitativo creció ligeramente, debido al aumento de las viviendas calificadas como irrecuperables.
Estas cifras provienen de la metodología oficial consensuada de 2018, en vigencia, por lo que se ha recomendado su utilización en los planes y proyectos gubernamentales orientados a la reducción de las carencias en el parque habitacional dominicano.
Según una revisión hecha por elCaribe del Estudio de Demanda de Viviendas (año 2017) el 89.8% de la demanda real de soluciones habitacionales se concentraba entre los RD$500 mil y RD$4.0 millones. Actualmente, estima Acoprovi, la mayor parte de la población necesita una vivienda de bajo costo de interés social, cuyo nivel posiblemente es de poco más de dos millones de pesos.
No hay en estos momentos una renovación de algún estudio que pueda aportar una idea certera sobre la cuestión.
“Pero se entiende que ha continuado parecido, porque lo que pasa con la demanda y la posibilidad que tienen las personas de adquirir una vivienda, obedece mucho al poder adquisitivo (…). Ese poder adquisitivo no se ha elevado de una manera que podamos verlo en números, por lo cual podemos estimar que la demanda es más o menos esa, si lo que ocurría hace unos años no ha variado substancialmente”, dice Meléndez.
En la conversación, Guido Rosario explica que con relación al aumento del tope de la vivienda de bajo costo, ese incremento a lo mejor no se ha hecho con relación al aumento que han tenido los materiales de construcción.
“Eso ha hecho que salga una cantidad de gente que quizás no va a poder tener acceso, porque la producción de viviendas se ve limitada por este incremento”, observa el profesional y constructor.
Resaltó que hay otros planes, como el de Vivienda Feliz, que sí tienen producción de viviendas de dos millones y pico de pesos. “Hay algunos planes que sí miran ese nicho”, agregó.
Cuando a Annerys se le pregunta sobre el crecimiento de la ciudad y si existe espacio para crecer de forma horizontal, resalta que hay un gran reto en esa materia. Y lo dice con una razón de peso: “La ciudad ha crecido de manera desplanificada (sin planificación) por falta de normativas municipales”, advierte.
Resaltó que la Alcaldía del Distrito Nacional, liderada por Carolina Mejía, ha introducido nuevas normativas municipales, que actualizan cómo debe desarrollarse la ciudad.
Buena nota para la autoridad monetaria
Meléndez resaltó que un tema a ver y revisar es cómo debe ser la ciudad y a partir de eso, procurar que las normativas respondan a esos criterios. “Desde algunos puntos de vista, las normativas están desfasadas y ese desfase ha provocado que no todo en la ciudad se haga de forma correcta”, dijo.
En otra parte de la conversación, la presidenta de Acoprovi resaltó que la colocación de recursos para el sector construcción (gracias a la liberación en varias etapas del encaje legal desde la Junta Monetaria) ha favorecido mucho a los constructores.
“Estamos muy satisfechos porque nuestras autoridades monetarias han hecho un excelente trabajo, no solo para controlar la inflación, que es de los retos más importantes que tenemos, y la tasa de interés, sino también que bajo el esquema restrictivo que se ha tenido para controlar esos dos factores, han sabido tomar medidas convenientes para nosotros”, expuso.
Aboga por diálogo entre el vendedor y el ofertante
Rafael Aybar indicó que cada vez hay más personas interesadas en entrar al sector de viviendas económicas.
En ese segmento del negocio el margen de ganancias es bajo, lo que hacía que algunos de los asociados a Acoprovi tuvieran miedo de incursionar, por lo que implica el tope de la vivienda.
Para que una vivienda sea considerada de bajo costo debe estar valorada de 4,852,211.2 pesos hacia abajo.
En la construcción, como en otras actividades, a veces surgen diferencias entre ofertante y comprador, por temas como el tiempo de entrega. Acoprovi recomienda a sus asociados que mantengan una comunicación permanente con sus clientes, especialmente para evitar conflictos que una efectiva conversación o detalle puede salvar.