Fue un gran reto, ya que debí frustrar las apuestas de que sólo duraría dos semanas. Incluso, bromeaba con Ruth Vásquez, asistente del vicepresidente anterior y mi asistente, tanto durante el tiempo que permanecí en CDEEE como hoy de vuelta a mis actividades privadas, que la tardanza en entregarme las tarjetas de presentación era a ver si resistía los embates y salía corriendo. Olvidaron que no podía correr.
Me acompañó un gran equipo, con el cual mantengo excelentes relaciones y gracias a ellos, en un momento muy difícil para el país, con un acuerdo con el FMI y una crisis mundial como la que se generó en el 2008, pudimos salir a flote.
Las limitaciones del FMI restringía el dinero necesario para invertir y en un hecho sin precedentes el sector privado financió más de 1,400 millones de pesos, para trabajos de rehabilitación de redes, lo que demuestra la importancia de la alianza sector público/sector privado.
Renegociamos importantes contratos y reducimos costos en momentos que el barril de petróleo alcanzó niveles de 120USD, logrando ahorros cercanos a los 2,000MM de dólares. En el 2009 se compraban en promedio 852 GWh; en julio del 2012, 1055 GWh. Redujimos las pérdidas de un 36% a un 31%, a pesar de haber transparentado los barrios PRA, que sin duda eso generó un efecto negativo en las pérdidas. El programa de bono luz lo llevamos de cero cliente a 483,410, una meta que el Banco Mundial entendía no era posible.
La generación se aumentó en 560 MGW, algunos de esos proyectos fueron terminados por las nuevas autoridades, pero tal como dijera mi amigo Rubén Bichara “sin eso hoy el sistema sería inmanejable”.
Iniciamos el proyecto de medidores preparados, se rehabilitaron 2,601 km de redes y llevamos los clientes de 24 horas, de 571,139 a 877,306.
En el sector privado me siento muy orgulloso del equipo que me acompaña, mis hijos y un grupo de directores y colaboradores, que ya somos más de 1,000, no sólo de mucha calidad sino también de una gran sensibilidad social.
No puedo dejar de hablar de nuestro país. Niveles de educación que limita el crecimiento y alivio de la pobreza. Ocupamos los últimos lugares en las pruebas PISA, se ha hecho un esfuerzo en infraestructura y tandas extendidas pero nuestro gremio magisterial parece no entender de calidad. Se les ha aumentado los salarios en los últimos años en un 72% y aún convocan huelgas porque no aceptan que los aumentos sean en base a eficiencia. Así no progresamos.
Nos preocupan nuestros partidos políticos, parecen más interesados en recibir millonarios recursos que en resolver los problemas del país y sus diferencias internas. Una nación sin un sistema partidario fuerte, camina al caos. El ejemplo lo tenemos cerca: Venezuela.
Fruto de las marchas verdes estamos cayendo en el error de determinar quiénes somos peores, si los políticos corruptos o los empresarios evasores. Todo el que incluya en una de esas prácticas atenta contra la imperdonable pobreza de esta nación, pero estas manifestaciones siempre que no conlleven al caos, a la politización son una expresión que tiene que ser aceptada y oír los reclamos para hacer los cambios necesarios.
Son las voces de los que no pueden llegar a los medios de comunicación, los que no se pueden reunir con las autoridades, pero que como todos tenemos el derecho de expresar aprobaciones y descontentos.
No todos los políticos son corruptos, ni los empresarios evasores. Lo que es necesario, es establecer un régimen de consecuencias. En el 2003 empresarios fueron responsables del colapso del sistema bancario y fueron llevados a la cárcel, sin embargo, parecería ser que los encargados de establecer regulaciones vivían en otra nación y no fueron castigados.
En todos los gobiernos desde que tengo uso de razón, la corrupción ha sido un hecho relevante. Joaquín Balaguer admitió que en su gobierno se crearon 300 millonarios, pero que la corrupción se detenía en la puerta de su despacho. En los gobiernos subsiguientes es difícil contar los millonarios que se han creado, fruto del uso indebido de los fondos públicos.
De la misma forma hay fortunas privadas que no tienen justificación, pero no podemos pretender que todos somos iguales. Me atrevería hacer una propuesta y es por medio de Naciones Unidas y la Unión Europea de traer un grupo de universitarios recién graduados y que se haga un análisis patrimonial de políticos, empresarios y comunicadores y todo el que no lo pueda justificar paga un 50% de impuestos, con esto no será necesario una reforma fiscal y me ofrezco a ser el primero en ser auditado.
Esta invitación se la hago con especial agrado al amigo economista que nos llama a los empresarios evasores o Nostradamus, para que luego de haber repartido flequitos blancos en la 27 de Febrero y haber cambiado de color como el camaleón, también se sume y sea el segundo en entregar sus estados financieros.