Gobierno venezolano dice esta listo; opositores aún en desacuerdo
Tras varias rondas de conversaciones, desde diciembre del año 2016 hasta la fecha, la oposición venezolana y el Gobierno aún no logran un acuerdo común que les permita dar los primeros pasos hacia la solución de la grave crisis que vive esa nación suramericana.
Esta mañana el expresidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, se mostró bastante preocupado y poco optimista, a su llegada a la sede de la cancillería dominicana y dijo que el diálogo está en horas decisivas. “Los momentos decisivos son los momentos más difíciles y este es el momento decisivo, son horas decisivas: esa es la verdad”, recordó.
Explicó que ayer el Gobierno se mostró de acuerdo con el documento preliminar y que la oposición planteó que tenía una lista de observaciones y que la harían hoy por la mañana. “En ese momento estamos”.
Además, a principios de semana, el ministro de comunicación e Información de Venezuela, Jorge Rodríguez, indicó que el acuerdo estaba listo en un 99%; pero el vocero de la oposición, Julio Borges, escribió cinco tuits ayer fijando posición crítica sobre las negociaciones y reiteró que no han firmado ningún acuerdo.
Entre las expresiones que subió Borges a las redes sociales, destacan “Informo al país que no hemos firmado, ni firmaremos, ningún acuerdo que no sea digno ni esté a la altura del pueblo venezolano”. Además, pidió a los venezolanos que confíen en sus gestiones y aseguró que “estamos luchando por los derechos de los venezolanos y lo seguiremos haciendo hasta el final”. Asimismo, dejó claro que nunca firmarán “nada que signifique menos derechos y que confisque los valores democráticos de la población venezolana”.
Por el Gobierno venezolano participan el ministro de comunicación e Información, Jorge Rodríguez; la presidenta de la Asamblea Nacional Constituyente, Delcy Rodríguez; el representante venezolano ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Roy Chaderton Matos; el ministro de educación, Elías Jaua y el secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Derechos Humanos de Venezuela, Larry Devoe.
Mientras que la oposición, está representada por Julio Borges, Alejandro Hernández, Simón Calzadilla, Luis Carlos Padilla, Enrique Márquez, Manuel Rosales y Luis Morel.
Se recuerda que, durante la tarde de ayer, ambas partes acudieron a República Dominicana y aunque se esperaba que firmaran el esperado acuerdo, eso no sucedió: en la mesa se quedaron las hojas, los lapiceros y las sillas vacías.
Y es que a pesar de que hace exactamente una semana el presidente de la República Danilo Medina, anunció que tenía en su poder un acta con los puntos de consenso y disenso y otorgó a las partes un plazo de entre tres y cinco días, para que discutieran en Caracas los puntos en los cuales aún había divergencias, las partes en conflicto regresaron; pero aún sin superar sus diferencias.
Bajo el principio de que “nada está acordado, hasta que todo esté acordado”, ni el gobierno, ni la oposición han informado cuáles son los puntos álgidos, aunque algunos analistas coinciden en que el reconocimiento a la Asamblea Nacional de Venezuela y las garantías electorales, podrían ser la piedra de tranca.
En el caso del primer punto, la oposición venezolana ha denunciado irregularidades en la escogencia de los constituyentistas y la conformación de esa instancia. Para referirse a ella, los voceros opositores emplean el calificativo de “fraudulenta” Asamblea Nacional Constituyente. También se han negado a reconocerla, al punto de que sacrificaron la gobernación del segundo Estado más importante del país: Zulia, cuando el electo gobernador no se juramentó ante esta instancia y el Gobierno convocó a nuevas elecciones.
Los partidos opositores temen que en el caso de que un candidato opositor logre llegar a la presidencia de la República, la ANC intente obligarlo a juramentarse ante ella y a supeditarse a sus decisiones. Para un presidente sería imposible gobernar con una ANC que sabotee todas sus decisiones.
Además, en el tema de las garantías electorales, si no se nombran nuevos rectores del Consejo Nacional Electoral, los partidos políticos presumen de que pueda haber un fraude y sí sigue en pie la celebración de comicios presidenciales en el primer cuatrimestre de este año, muchas organizaciones políticas no podrán inscribir sus candidaturas o celebrar primarias que les permita definir un candidato unitario.
Crisis venezolana
Con una inflación estimada en 2,735% según la consultora privada Ecoanalítica, un dólar paralelo que sobrepasa los 230,000 bolívares por dólar y una significativa caída en los precios del petróleo desde el año 2013, Venezuela enfrenta hoy una grave crisis económica, social y política, que ha llevado a muchos analistas incluso a predecir una crisis humanitaria.
Aunque en los subsuelos de esa nación, cuya superficie es de 916,445 kilómetros cuadrados, hay 350,000 millones de barriles de petróleo de reservas probadas, esa incalculable riqueza no se ve reflejada en mejoras sustanciales en la calidad de vida de su población, que supera los 31 millones de habitantes.
Producto de la crisis económica, por primera vez en su historia, se han ido de Venezuela más de tres millones de personas, en su mayoría jóvenes profesionales, los cuales protagonizan una considerable ola migratoria hacia países como Estados Unidos, España, Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y República Dominicana.
Además, en materia política la confrontación entre las fuerzas opositoras y el Gobierno ha evitado que haya una pluralidad de fuerzas gobernando o un equilibrio en los poderes del Estado.
De los cinco poderes públicos que posee Venezuela: Ejecutivo, Electoral, Ciudadano, Legislativo y Judicial, el chavismo controla cuatro. La oposición sólo tiene mayoría en la Asamblea Nacional, pero está impedida de legislar o tomar acciones, por una sentencia que emitió la Sala Constitucional de la SCJ que la declaró en desacato.
Frente a esto el presidente de la República, Nicolás Maduro, convocó a la elección de una Asamblea Nacional Constituyente, sin previo referéndum y a pesar de que la oposición manifestó su disposición a participar. El madurismo obtuvo la totalidad de las curules: 545. Desde entonces, esa institución, que goza de poderes ilimitados, ha legislado y recientemente pasó por encima del Poder Electoral y ordenó adelantar los comicios presidenciales.
Ante esta compleja situación, el Gobierno y la oposición lograron sentarse en una mesa de diálogo, pero no han podido lograr una salida pacífica y democrática que le permita a esa nación sureña retomar el sendero del desarrollo y del progreso y dejar atrás los grandes niveles de inflación y desigualdad social que padece.
Esta semana podría ser decisiva. Si se firma el acuerdo, los venezolanos habrán encontrado una luz al final del túnel y una vía pacífica y democrática para dirimir sus diferencias; pero si no se logra, los opositores han advertido que darán por concluido este capítulo. Del otro lado, el Gobierno seguirá adelante con el proceso electoral que convocaron para el primer cuatrimestre de este año. Frente al fracaso de la mesa de diálogo, tal y como lo ha dicho el expresidente Zapatero, “quedarían alternativas extraordinariamente negativas para el pueblo de Venezuela y para el conjunto de Latinoamérica”.