CAIBARIEN, Cuba (AP) — Cuba evacuaba el viernes a los turistas alojados en hoteles costeros mientras en Florida se agotaban el agua embotellada y la madera enchapada ante la inminente llegada del huracán Irma, que dejó al menos 16 muertos y miles de personas sin techo en varias islas del Caribe en un presagio de la catástrofe que podría sufrir Florida el fin de semana.
El huracán pasó frente a República Dominicana y Haití y golpeó a las Islas Turcas y Caicos el viernes temprano con olas de hasta 20 pies (6 metros). Las comunicaciones se redujeron cuando la tormenta impactó las islas y la extensión de la devastación no estaba clara.
Irma también se desplazó a lo largo de la costa norte de Cuba, donde miles de turistas fueron evacuados y llevados al balneario de Varadero, mucho más al occidente, al tiempo que estaciones meteorológicas captaron olas de entre cuatro y cinco metros en el litoral.
Irma se debilitó a una tormenta de categoría 4 el viernes por la mañana con vientos sostenidos de cerca de 240 kilómetros (150 millas) por hora, pero seguía siendo un poderoso huracán.
En algunas localidades la Defensa Civil y las autoridades cubanas circulaban en camionetas verde olivo con altoparlantes a través de los que aconsejaban a la población aprovisionarse de agua y alimentos y no transitar por la calles cuando lleguen los fuertes vientos. Brigadas de trabajadores destapaban cañerías callejeras y las personas colocaban bolsas rellenas con tierra sobre sus techos de láminas metálicas.
A lo largo de la costa norte se produjeron miles de evacuaciones de residentes hacia centros especializados o de personas que se movilizaban a casa de familiares en zonas más protegidas, mientras sacaban sus pertenencias ante la amenaza del meteoro.
En la isla de St. Thomas cayeron torres y cables de electricidad, los árboles perdieron las hojas, una planta de alcantarillado y potabilización sufrió daños graves y el puerto era un cúmulo de escombros.
Florida se preparaba para el embate, que según los meteorólogos se podría sentir de lleno en la zona metropolitana de Miami -con seis millones de habitantes-, azotar la costa atlántica del estado y llegar a Georgia y Carolina del Sur.
Se ordenó la evacuación de más de medio millón de personas en Miami-Dade. La gente se precipitó a tapar ventanas y puertas con tablas, sacar botes del agua y llenar los tanques de sus autos.
Ante el agotamiento de la gasolina y el alza de las tensiones la patrulla de caminos tuvo que escoltar a los camiones cisterna que llegaban a abastecer las gasolineras.
“Es más ancha que nuestro estado entero y podría causar impactos graves y de riesgo de muerte de costa a costa. Independientemente de en qué costa viva usted, esté preparado para evacuar”, advirtió el gobernador de Florida, Rick Scott.
Las primeras islas golpeadas por el meteoro ofrecían imágenes de terrible destrucción.
La tormenta causó al menos 16 muertes: nueve en las islas francesas de San Martín y San Bartolomé, cuatro en las Islas Vírgenes estadounidenses y tres en la isla británica de Anguilla, Barbuda y la parte holandesa de San Martín.
Las autoridades en St. Thomas preveían encontrar más cadáveres en la isla, donde los daños fueron catastróficos y se intentaba reabrir caminos y restaurar la energía eléctrica.
En la isla San Martín, dividida entre la Saint Maarten holandesa y la St. Martin francesa había viviendas destruidas. Los cafés y tiendas de la pintoresca aldea francesa de Marigot estaban sumergidos bajo las aguas turbias y la gente contemplaba la escena desde cualquier refugio que pudiera hallar.
La ministra francesa de territorios de ultramar, Annick Girardin, dijo el viernes que hubo “saqueos” en St. Martin, de televisores tanto como de agua y alimentos.
Mientras el huracán José de categoría 3 podría arribar el sábado a San Martín, San Bartolomé y las Islas Vírgenes, adonde turistas quedaron atrapados.